Bueno, bueno, las primarias del panameñismo, igual que las pasadas del PRD, demostraron que sus candidatos presidenciales no demuestran arrastre entre sus partidarios.Por cierto que con Varela hubo un 75% de abstencionismo (180 mil inscritos) y con Navarro un 66% (300 mil inscritos), por cuanto los populares piden una coalición opositora (PRD, Panameñista y PP) mientras los Juan Carlos aspiran a una con las bases de los otros partidos (no dizque eso es transfuguismo o clientelismo) e independientes, pues ninguno desea ceder su candidatura.
De paso ambos candidatos opositores toman como programa de gobierno, proyectos que adelanta el actual gobierno en el campo social e infraestructura, ahora que el Banco Mundial pide a los países desarrollar infraestructura para lograr crecimiento económico.
Hay que tomar en cuenta que tanto Varela como Navarro ganaron con sus votos duros, que es exactamente con cuanto pueden contar por ahora, ¿o no?
La falta de ideología unificadora no la logran con el arnulfismo en el panameñismo y el torrijismo en el PRD.
De parte de Varela continúa asumiendo lo positivo del actual gobierno e ignorando las críticas al mismo, solo expresando que perseguirá lo que calificó de la actual corrupción, intentando hacer ver que no participó en ella.
Plantear reducir el presupuesto legislativo no es incentivo para sus candidatos a diputado y cambiar a los magistrados de la Corte Suprema esconde un intento por controlar ese órgano.
En el caso del panameñismo con Varela, el vicepresidente del partido, Alberto Vallarino, pone en duda el sustento de su candidatura y un sector del mismo recoge firmas para llamar una convención que lo despoje de su triunfo de las primarias.
La desconfianza del elector en los políticos se refleja en las encuestas en las que una gran porción de los encuestados se resiste a inclinarse hacia las actuales propuestas electorales.
Oficializado Varela, igual que Navarro, ambos prefigurados como los candidatos de sus respectivos partidos, solo resta a Cambio Democrático y al Molirena presentar su fórmula presidencial para despejar la incógnita electoral y la posible participación de un candidato independiente, igual que las opciones de algunos de los contendientes.
Además de la violencia o no de la campaña.
Como plantea el refrán: quien todo lo quiere todo lo pierde.
Bueno, eso es todo por hoy, pero tranquilos que el próximo jueves habrá más.
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