Nadie quiso, ni siquiera intentaron cambiar el transporte público los políticos que gobernaron el país por 40 años, que no se arriesgan por nada ni por nadie. Nosotros sí…. esa es la diferencia entre quienes permitieron que los panameños se transportaran en los Diablos Rojos y fueran maltratados por tantos años; pensando primero en la gente, nos atrevimos a cambiar el sistema de transporte.
El Gobierno del presidente Ricardo Martinelli tomó la decisión de cambiar para siempre este servicio. Sabíamos que el cambio traería molestias en el corto plazo, ¿qué cambio no provoca molestias? Lo importante es saber que estamos tomando los correctivos y cuando todo quede superado, los panameños y panameñas vamos a sentir el cambio y nos olvidaremos de la pesadilla de los Diablos Rojos.
Nadie niega que existen fallas que corregir en el sistema del Metro Bus y que la población reclama legítimamente respuestas rápidas. Sin embargo, es un hecho cierto que la oposición política se aprovecha de los malestares para dar rienda suelta a sus acusaciones y críticas, sin sentido. Lo hacen con el único propósito de dañar al gobierno, aunque los perjudicados sean los usuarios, mientras que durante 40 años ellos miraron sentados cómo la gente era maltratada en el transporte público, en esos buses inseguros e incómodos, sin buscarle una solución.
Los diablos rojos eran buses usados en colegio de los Estados Unidos, para transportar niños no personas adultas, por eso eran incómodos, pero como los políticos no se transportaban allí, poco les importaba las molestias que causaran a los usuarios. Por ello, mi compromiso con la gente es continuar los cambios que inició la administración Martinelli, en beneficio de todos los panameños. Vamos por más cambios; por eso, seguiremos modernizando el transporte en Panamá y el interior del país.
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