domingo, 11 de mayo de 2014

POLITICA: CD y MOLIRENA se convertirían en los únicos opositores al gobierno entrante

El partido Cambio Democrático (CD) podría convertirse en el único opositor del gobierno del presidente electo, Juan Carlos Varela, del Partido Panameñista, luego que el Partido Revolucionario Democrático (PRD), a través de su Comité Ejecutivo Nacional (CEN), presentó la iniciativa de restablecer una alianza con el otrora Partido Arnulfista

El partido Cambio Democrático (CD) podría convertirse en el único opositor del gobierno del presidente electo, Juan Carlos Varela, del Partido Panameñista, luego que el Partido Revolucionario Democrático (PRD), a través de su Comité Ejecutivo Nacional (CEN), presentó la iniciativa de restablecer una alianza con el otrora Partido Arnulfista.
Estamos en la disposición de conversar con el nuevo gobierno y las demás fuerzas sociales y políticas del país sobre la agenda legislativa y nacional a desarrollar, de esta manera, en su momento lo manifestó el secretario general y excandidato presidencial por el Partido Revolucionario Democrático (PRD), Juan Carlos Navarro.
De las 71 curules que se encuentran en la Asamblea Nacional, 30 fueron ganadas por diputados miembros del CD y dos por el Movimiento Liberal Republicano Nacionalista (Molirena), sobre estos cargos a diputados, y a una semana de pasadas las elecciones, los candidatos de diversos partidos políticos han comenzado a presentar recursos de impugnaciones contra los diputados electos de la bancada de CD.
El secretario general del Partido CD, Rómulo Roux, denunció que se han presentado alrededor de siete procesos de impugnación de elección a diputados contra miembros de su partido político.
Frente a los ataques para nuestros candidatos, tomaremos todas las medidas para defenderlos. Vamos a defender los votos de la voluntad popular, hay que respetar al pueblo panameño, reiteró Roux.

EDITORIAL: PRD en Subasta

Después de una sequía de cinco años por la derrota de Balbina Herrera, la debacle de Juan Carlos Navarro podía desembocar en cinco años fuera de la burocracia gubernamental. Pero diez años fuera de la papa es demasiado para los vampiros políticos habituados a succionar la sangre de los gobiernos. Por estas y otras razones, Navarro se ha precipitado a organizar la venta de patio del PRD. Antes de que las propuestas de Juan Carlos Varela lleguen a la Asamblea, el PRD está armando la subasta de los votos que necesita el panameñismo por la indigencia de curules propias. Traicionando la voluntad de los electores que balancearon el poder del Ejecutivo y el Legislativo, el PRD no quiere ser parte de la oposición, sino vasallo del oficialismo.
Como están acostumbrados a vender sacando provecho, el precio de la transacción podrían ser ministerios, embajadas, puestos en la administración pública, sin descartar recompensas privadas. La opinión pública conocerá en algún momento las condiciones del arreglo que ahora se mantiene en la semioscuridad de los entretelones mercantiles. Cuando se haga la luz sobre las transacciones se conocerán los detalles del acto más espectacular de transfuguismo colectivo del PRD.
En realidad, la alianza de último minuto con los cogotudos de Nueva República demostró que el frustrado candidato siempre está dispuesto a vender algo al diablo. Antes de las elecciones, no titubeó en aceptar este acuerdo contra natura celebrado impúdicamente entre los antagonistas históricos del civilismo clásico y el PRD, su implacable perseguidor.
El recuento de los votos muestra un trasvase de votos de miembros y simpatizantes del PRD que negaron respaldo por el arreglo firmado con los dinosaurios. Una nueva componenda para metamorfosear a los diputados perredistas de opositores a oficialistas podría estar llevando al máximo nivel del desprestigio al partido de centro-izquierda, ubicándolo probablemente en las orillas de la extinción.
Los devotos de Omar Torrijos están preguntándose ¿dónde quedó la ideología social demócrata? ¿es lícito subastar las ideas del partido en cuyas siglas está la revolución y la democracia –Partido Revolucionario Democrático– con una asociación donde tienen primacía los fabricantes de licores?; ¿se puede seguir tolerando a dirigentes que nos han llevado a la postración política?; ¿debemos acatar el mandato popular de ser diputados de la oposición o ser dóciles subordinados del partido que tiene el mango de la sartén?
De pacto en pacto, el PRD irá despeñándose en el abismo abierto en las entrañas de la maquinaria si no llega a reaccionar a tiempo. Si los militantes no apoyan al partido extorrijista, menos lo harán los miembros de otros partidos y los independientes que ya rechazaron el engaño político protagonizado por el candidato Gerardo Solís, que restó y no sumó algún voto.
La inocultable vocación al error de Juan Carlos Navarro no tiene límites. Las reservas de la vieja guardia sobre su candidatura han quedado demostradas. Como dijo Carlos Marx, las comedias políticas iniciales se transforman en tragedias definitivas.
Partidos ideológicamente opuestos como el panameñismo y el perredismo podrían llegar a ciertos consensos que la necesidad de gobernabilidad pueda justificar en materia de leyes que signifiquen temas de Estado. Otro asunto es firmar cheques en blanco para avalar políticamente a un gobierno sin señales claras de rumbo.