martes, 9 de julio de 2013

ECONOMIA: Panamá, una cita para la geopolítica


ElPais.com - Las oportunidades de negocio y desarrollo que ofrece Panamá, así como los retos e incertidumbres que afronta la región en el futuro, fueron debatidos este lunes en el foro Invertir en Panamá celebrado en esta capital y organizado por EL PAÍS y PRISA Radio. “Cuando el 31 de diciembre de 1999 nos devolvieron el Canal no solo recibimos una infraestructura, sino el control de nuestra geografía”, afirmó Alberto Alemán, exadministrador del Canal, para subrayar que la ventaja comparativa de la posición de Panamá entre el Atlántico y el Pacífico lo ha convertido en uno de los países más globalizados y competitivos de América Latina y el Caribe.

Panamá se ha transformado en una plataforma logística ineludible para los inversores extranjeros y vive desde hace años una expansión económica sin precedentes. El ministro de Comercio e Industrias panameño, Ricardo Quijano, puso cifras durante su intervención a esta bonanza estratégica de la que disfruta su país: “Panamá es el país latinoamericano con mayor incremento de su economía, alcanzando cifras del 10,7% de crecimiento. El sector de la construcción crecerá a finales de año un 10,11%, la inversión extranjera directa se ha incrementado desde 2011 en un 28% y son ya más de 90 las multinacionales instaladas aquí, 47 de ellas españolas”.

El boom panameño se observa a simple vista en la ciudad, como las obras del metro, que culminarán en febrero de 2014, la remodelación del aeropuerto de la capital, la construcción de hoteles —la ocupación supera el 64%— o la ampliación del Canal —con una inversión de más de 5.000 millones de dólares—, que ya en la actualidad conecta más de 144 rutas marítimas. Este momento dulce del país centroamericano se traduce también en la tasa de paro más baja en 40 años (4,5%). Panamá será además el próximo otoño sede la Cumbre Iberoamericana y del Congreso Internacional de la Lengua Española.

Pero si difícil es llegar, más aún lo es mantenerse. Cómo crecer en una economía global incierta fue la pregunta que el director de EL PAÍS, Javier Moreno, planteó a sus interlocutores, representantes del sector privado con fuerte presencia en América Latina, en un contexto dominado por la desaceleración de China, el estancamiento político y el desorden financiero de Europa y unos EE UU que no acaban de despegar.

La adecuación de los sistemas educativos a los cambios, la formación de capital humano, reglas del juego claras y transparentes, disponibilidad de infraestructura, sostenibilidad del sistema financiero y la necesidad de inclusión social fueron algunos de los requisitos enumerados, si bien Ricaurte Vázquez, vicepresidente para América Latina de General Electric, puso el énfasis en las diferencias entre las economías más abiertas al comercio y aquellas con tendencias proteccionistas. En este sentido, afirmó que en América Latina se está produciendo una división entre “su litoral atlántico y su litoral pacífico, entre aquellos países que no favorecen tanto la participación de la iniciativa privada y son más estatistas y proteccionistas, como Brasil, y aquellas naciones del Pacífico que, a excepción de Ecuador, tienen tratados de libre comercio con EE UU”.

El directivo de General Electric advirtió también del cambio que se está operando en Norteamérica, una región “que está pasando de importadora de energía a exportadora, a partir de la explotación del shale gas [gas de esquisto], lo que va a permitir una nueva reindustrialización de Estados Unidos”.

Sergio Aranda, director general de Latinoamérica de Gas Natural, destacó que esa revolución energética exigirá una fuerte planificación porque “Norteamérica tendrá una energía más barata que el consumidor europeo y asiático”, mientras que Jaime Bermúdez, exministro de Asuntos Exteriores de Colombia, hizo hincapié en el reto de saber hacer frente a “las demandas crecientes de las clases medias”, como ilustra el caso de las manifestaciones estudiantiles en Chile.


El expresidente colombiano César Gaviria, que gobernó entre 1990 y 1994, alertó en una intervención centrada en el panorama socioeconómico de la región que las expropiaciones de empresas extranjeras llevadas a cabo por los Gobiernos de Argentina y Venezuela “son tremendamente dañinas”, porque privan a sus países de acceso a la tecnología y el capital extranjero.

El presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, cerró el foro definiendo a su país como un “país en construcción”, que ha logrado convertirse tanto en un gran destino de inversiones como en una nación de oportunidades para muchas personas. “Cuatro españoles entran cada día en Panamá y en tan solo un mes regularizan su situación laboral y migratoria”, afirmó. Aseguró que la pobreza ha sido reducida del 38,5% al 25,5% y que Panamá ha escalado puestos en todos los rankings de competitividad, gracias a una fuerte inversión en infraestructuras y a llevar a cabo un profunda reforma educativa.

Antes, el presidente de El PAÍS, Juan Luis Cebrián, había destacado el valor de la lengua española, como una enorme oportunidad a desarrollar, y subrayado que la prosperidad que vive en estos momentos Panamá se debe “a la estabilidad institucional y a la recuperación de las libertades”. El primer director de este diario acabó su intervención con un consejo a los panameños: “Sé que no es fácil, pero procuren aprender de los errores de los españoles y europeos”.

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