martes, 30 de octubre de 2012

EDITORIAL: Saúl, la última carta golpista


Con los recientes sucesos en el país los analistas han podido detectar que Saúl Méndez y su movimiento radical se han convertido en la última escala en los intentos desestabilizadores del poder económico de la dictadura que pretende dar un golpe de Estado.
Estos grupos -del poder económico de la dictadura-  lograron unir a los partidos de la oposición, la llamada sociedad civil y otros sectores que también se originaron durante la dictadura para reemplazar al fracasado “frente guacho”.
El poder económico de la dictadura recurrido a un sindicato creado durante la época del despotismo como tropa de choque cuyos líderes en el pasado pertenecían al tenebroso G-2 Norieguista que usaba en sus tácticas de ataque  a  supuestos movimientos reivindicativos.
No podemos negar que unos mil obreros paralizaron al país y obligaron a los sectores público y privado a suspender sus labores, quedando en evidencia la fragilidad democrática y las ambiciones del poder económico que creció junto a la dictadura.
Pero en este juego de intereses el costo político no lo tiene el presidente Ricardo Martinelli porque, en su momento, él dejará el poder, recayendo entonces sobre los mismos que ahora conspiran a través de los medios de comunicación para destruir nuestro sistema económico para instaurar el llamado “socialismo del siglo 21”.
Al poder económico de la dictadura, la historia los juzgará por el crimen de haber abortado la solución al problema del desarrollo humano sostenible de la provincia de Colón, algo que los otros gobiernos ni siquiera intentaron.

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