Juan Carlos Navarro continúa mintiendo a tal punto, que a lo interno del Partido Revolucionario Democrático (PRD), está produciéndose una creciente desmoralización y los medios de prensa que antes le ofrecían su apoyo ahora están alejándose de su candidatura presidencial.
Los copartidarios de Navarro están tan preocupados que, lejos de presentar un plan de gobierno, se la pasan de bochinche en bochinche, tratando de hacerse ver como víctimas del presidente Ricardo Martinelli.
Preocupa a los perredistas que se haya inventado todo tipo de historias sin sentido como las grabaciones, que no son más que fuego amigo, las antenas para escuchar conversaciones y ahora la supuesta y absurda persecución por parte del Ministerio Público.
Navarro es víctima de su propio pasado porque no puede enorgullecerse de haber realizado obras durante los diez años que fue alcalde del distrito capital, a pesar de haber contado con un presupuesto de mil millones de dólares.
Pero lo más preocupante para los perredistas es que van sin aliados y las figuras más relevantes de la llamada sociedad civil han comenzado a rechazar sus métodos repetitivos con los que pretende ganar adeptos, sobre todo haciéndose la víctima. A Navarro comienza a desmoronársele toda la estructura de su partido.
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