Panamá se libró del totalitarismo militar en 1989 pero cayó en una dictadura mediática-económica que ha impuesto su agenda a la opinión pública y someter a los gobiernos del bipartidismo durante los últimos 23 años.
Los agentes de este poder económico doblegaron a los gobiernos sumisos y corruptos, logrando imponer sus criterios e intereses a presidentes y ministros, para seguir incrementando sus riquezas a costa del Estado.
Estos grupos de poder lograron, a través de los medios de comunicación, manipular a los gobiernos para evitar que se conociera la verdad sobre el origen de sus fortunas, amasadas durante la época de la dictadura.
Para ellos, el único dictador de la era militar fue Manuel Antonio Noriega porque de él no pudieron obtener provecho alguno. Boris Martínez, Omar Torrijos y Rubén Darío Paredes, fueron los hombres fuertes, sin el oprobioso calificativo de tirano ensuciando sus uniformes.
Uno de los principales personajes de estos grupos de poder económico es Roberto Eisenmann, individuo con una sorprendente capacidad para el ilusionismo y uno de los principales creadores de esa ficción de libertad de prensa y autodenominado uno de sus principales defensores.
Con su capacidad para crear espejismos, Eisenmann fundó un medio impreso durante la época militar y logró vestir de verdades todas sus mentiras, lo que se ha demostrado al darse a conocer sus deudas con el Estado y la evasión del pago de impuestos.
Bipartidismo entregado a Eisenmann
Tanto el Partido Revolucionario Democrático (PRD) como el Panameñista, siempre han pagado sus cuotas de protección a este señor, cuya semejanza con los jefes de la cosa nostra es evidente.
Durante sus dos períodos de gobierno, el PRD le entregó la embajada en Washington, inclusive el Ministerio de Relaciones Exteriores e instituciones autónomas le fueron concedidas violando, al aceptarlas, todo principio ético de prensa.
Eisenmann ha desarrollado la muy infame habilidad de estar en los diferentes gobiernos y después acusar a sus personeros de ladrones y corruptos, imponiéndoles, con su poder mediático, un temor visceral a contradecirlo.
La Corte Suprema sometida a estos grupos poder
Es imposible negar que desde que se reinstauró el sistema democrático en el país, los nombramientos de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia han sido impuestos, lo que llegó a su fin con el advenimiento del partido Cambio Democrático que propició designaciones ajenas al poder tradicional.
El capo del diario de la 12 de Octubre se encontró con un presidente como Ricardo Martinelli que no es presa fácil del chantaje por lo que, con toda la presión ejercida por su diario, no ha podido frenar el cumplimiento de la ley que lo obliga a pagar impuestos por sus empresas.
La Dirección General de Ingresos (DGI) procedió a investigar los negocios de Eisenmann, quien creyó estar exento de someterse a las leyes y a la Constitución y ante el descubrimiento de su deuda tributaria, dio inicio a un rosario de campañas sucias en contra del gobierno, el presidente Martinelli y su familia.
Debido al descubrimiento de irregularidades, se procedió a secuestrar sus 35 fincas y 10 hoteles. Entonces, el hombre de la 12 de Octubre imaginó que podría intimidar a los magistrados de la Corte Suprema, creyéndose el nuevo hombre fuerte de Panamá.
Es importante destacar que el diario El Panamá América, único medio que se atrevió a publicar estas investigaciones, dio a conocer detalles de la venta de propiedades que son administradas por familiares de Eisenmann que cobran por el servicio sin tener que presentar informes.
Sin darse por enterado que vivimos en una época de cambios en Panamá y el mundo, que los medios tienen un límite y que alguien que no paga impuestos es rechazado por todos, ideó el argumento de la persecución política.
Ante estas circunstancias, empresarios y organizaciones serias se han apartado de él y ahora, el pleno de la Corte Suprema ha tomado la decisión de negarle amparos de garantía que interpuso para tratar de seguir quedándose con dineros que no le pertenecen.
Jerónimo Mejía, magistrado de la Corte Suprema, quien pertenece a una firma de jurisconsultos vinculada con el diario La Prensa y Roberto Eisenmann, no pudo dejar a un lado sus intereses personales y engavetó el fallo, por lo que la DGI ha solicitado que sea separado del caso.
No podemos dejar de establecer un curioso nexo entre Eisenmann y el expresidente Martín Torrijos del PRD, quien designó a Mejía como magistrado de la máxima organización de justicia del país.
La llamada Sociedad Civil
Al crear espacios y manipular a los diversos sectores del país, Eisenmann ha sabido importar organizaciones no gubernamentales para, en coordinación con los medios opositores, tratar de doblegar al presidente Ricardo Martinelli.
Final de la impunidad
Este maestro de las argucias es un hombre sin partido ni ideología y ha logrado influir durante dos décadas en las decisiones de los gobiernos, además de haber impuesto su voluntad para satisfacer sus intereses personales, algo por lo que los pobres sí están en las cárceles.
El 25 de abril será bautizado como el “día de la impunidad”, por ser la fecha en que le fue aplicada la ley a Roberto Eisenmann.
La forma lamentable como la mayoría del periodismo criollo aborda el tema político con inclinaciones claras a favor de la oposición es muestra clara de la manipulación, especulaciones, elucubraciones, hipótesis sin confirmar, bochinches y, sobre todo, teorías de la conspiración, en lugar de investigación e información bien sustentada en hechos. Ese periodismo que tanto hace daño a la sociedad, muestra por todas partes falta de profesionalismo, de calidad en su expresión –mal escrito y mal hablado–, mientras que exhibe excesos de ignorancia e irresponsabilidad.
ResponderEliminarEl periodismo paranoico comandado muchas veces por el señor Eisenmann, apela a los mismos resortes de la política paranoica: las conspiraciones oscuras, la información oculta que se manifiesta en indicios, fuentes secretas que conocen la trama. El objetivo es construir sospecha, crear suspicacias sobre la información oficial, desprestigiar por poco confiables a los voceros del gobierno. El agravante de esta conducta es que mientras que los líderes carismáticos o dictadores paranoicos son víctimas de su propio delirio, los periodistas de la paranoia se aprovechan de la conocida susceptibilidad del público y a sabiendas construyen sus conspiraciones para vender ejemplares y jalar agua a al molino de sus preferencias políticas.
This guy is an undercover lefty leader who has always tried to cheat!
ResponderEliminarHis time is over!