jueves, 22 de noviembre de 2012

OPINION: EN NOMBRE DE LA LIBERTAD DEL EXPRESIÓN


Cuando las libertades constitucionales retomaron el país con la caída de la dictadura de Manuel Antonio Noriega, abanicada por los que hoy se hacen llamar padres de la democracia, -me refiero a los políticos desgastados del PRD-, surgió un hombre, que se autodenomino héroe de esta lucha, pese a que en los momentos más difíciles, cuando el pueblo era reprimido, no se le vía la cara. 

Aquel hombre, que por ser uno de los principales accionistas del diario La Prensa, que en aquellos tiempos fue cerrado por Noriega y la cúpula del PRD, aprovechando del prestigio de este medio de comunicación, lo uso como carta de presentación para habla en nombre de la libertad de expresión, creando organizaciones de la sociedad civil, conocidas como Justicia y Paz y cuantos otros nombres se les ha ocurrido, todo con el firme propósito de enfilar sus verdaderas intenciones.

Por mas de 20 años, la población ha sido engañada, porque este hombre, quien a nombre de la libertad de expresión y escudado por estos organismos, ha creado una cultura del chantaje a cuanto gobierno se le ha pasado por delante, para hacer cumplir sus más oscuros propósitos de aprovecharse de la administración del Estado, para recibir prebendas y cuantos beneficios fiscales existan, sin importar que con ello se sacrifica al pueblo, privándole de recursos para gozar de mejores condiciones sociales en el país.

Pero se le acabo el relajo a este ciudadano, que en nombre de la libertad de expresión usaba y ha usado el periódico La Prensa, a través de seudoperiodistas con cuestionada trayectoria, para atacar a quienes se anteponen a que siga evadiendo más al fisco nacional.

Pero le llegó la hora a Roberto Eisenmann, desde que recibió una barrera a de seguir pelechado del Estado y lo peor, fue cuando funcionarios honestos de la Dirección General de Ingresos (DGI) descubrieron que dentro de esa investidura de hombre honesto defensor de los derechos humanos, se ocultaba un gran defraudador de impuesto.

Y digo gran defraudador de impuestos, porque sus malas practicas han cobrado millones de dólares que bien podrían ser utilizados para reparar escuelas y construir mas comedores para los niños de comunidades humildes de este país, malas prácticas que consisten en el desarrollo de millonarios proyectos residenciales, disfrazándolos de actividades turísticas para recibir exoneraciones millonarias de impuestos.

Ese es Roberto Eisenmann, quien en nombre de la libertad de expresión pretende, con falsas informaciones doblegar a los funcionarios que han sido valientes y se han atrevido a frenar sus actividades y a denunciar las lesiones que desde hace ya varios años le ha causado al fisco nacional.

Insiste en atacar a los funcionarios del gobierno por medio de sus periodistas de La Prensa, quienes han demostrado ser todo lo contrario a los postulados de imparcialidad y veracidad, principios fundamentales que rigen a la ética periodística.

Este es Roberto Eisenmann, a quien no le importa desprestigiar la imagen de un diario que ha sido icono de la libertad de expresión y de la lucha civilista, por eso es hora de que los accionistas decentes pongan freno a las ansias de este empresario, que se ha hecho millonario a costa de los recursos del Estado sin importar las afectaciones que ello implica para el pueblo.

Ahora el Capo de Coronado, como se le conoce a este personaje, justifica sus malas acciones como errores del sistema, pero en ningún memento actúa con valentía para devolverle los dineros que le pertenecen a toda la población, por el contrario sigue amparándose en el diario La Prensa y sus seudoperiodistas para hacerse la victima de una supuesta persecución gubernamental que no existe y seguir difamando a las autoridades del gobierno como pretendiendo que sedan ante sus malos intereses sin importa de que sea acosta de los panameños más humilde.

El tiempo ha dado la razón y el pueblo lo ha entendido y sabe que quienes tienen la razón son quienes ha trabajado para darle mejores caminos y acueductos la gente del campo que antes había sido olvidada, de igualmente ocurre en la capital donde se les ha cambiado la cara a los barrios con mejores oportunidades de crecimiento económico para su gente.

@SABlAS_QUE
TWITERO

No hay comentarios:

Publicar un comentario