domingo, 23 de septiembre de 2012

ÁFRICA Y OCEANÍA, CON MANO DE OBRA EN EL METRO

Panamá sigue siendo un crisol de razas. Al país llegaron trabajadores procedentes del Congo, Malí, Guinea, Australia, Dinamarca, para trabajar en este megaproyecto

ÁFRICA Y OCEANÍA, CON MANO DE  OBRA EN EL METRO


Cruzaron el charco y llegaron a Panamá motivados por participar en la construcción de una de las obras de infraestructura más importantes de Centroamérica. Son ingenieros, arquitectos, tuneleros, doveleros, armadores, soldadores y operadores de equipo pesado..., quienes dejaron patria, hogares y familias para trabajar en la Línea 1 del Metro de Panamá.
En los diferentes puntos de construcción en la ciudad de Panamá, según información suministrada por la Secretaría del Metro de Panamá, labora un 10% de extranjeros de unas 27 nacionalidades. Si los encuentra en la Vía España, en la Fernández de Córdoba o en la vía Transístmica, jamás creerá que provienen de países tan lejanos como Malí, Congo, Marruecos y Guinea, en África; o Australia en Oceanía.
Igualmente, los hay de Polonia, Alemania, Rumania, Dinamarca, Portugal, Italia, Francia y España, en el viejo continente. Otros, están más cerca de sus esposas, hijos, madres y hermanos, se encuentran en Norte, Centro y Suramérica.
En la Línea 1 del Metro, laboran en total 3 mil 500 obreros, de los cuales 350 son extranjeros, contratados de forma directa o indirecta por el Consorcio Línea Uno, empresa encargada de ejecutar el proyecto que está valorado en mil 800 millones de dólares, según la Secretaría del Metro.
La mayoría de la mano de obra del proyecto está a cargo de los panameños. Un 90%, es decir, 3 mil 150 del total de trabajadores, los cuales se hacen acompañar en las diferentes tareas de más de un centenar de españoles, menos de cincuenta brasileños y más de 70 colombianos.
En menor escala hay obreros de Brasil, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Venezuela, Perú, Nicaragua, Costa Rica, Argentina, Guatemala, Chile y México.
En fin, todos profesionales que trabajan a toda máquina para cambiar la vida de miles de familias panameñas que se enfrentan diariamente un pésimo servicio de transporte.
El metro tendrá una extensión de 14 kilómetros desde el sector de Albrook hasta Los Andes, y su recorrido se estima en 22 minutos. Son 19 trenes con tres vagones de última generación los que moverán cerca de medio millón de panameños de forma expedita.
Consorcio de capital extranjero. El consorcio está integrado por tres empresas: Norberto Odebrecht, FCC Construcción y Alstom, de capital brasileño, español y francés, respectivamente. Son las encargadas de cavar los siete kilómetros de túnel entre la vía Fernández de Córdoba y Albrook; de construir las nueve estaciones, las dos terminales, 168 pilitos y 370 vigas en “U”, que sostendrán los trenes. También tienen la misión de cambiarles la vida a los panameños; de darles menos tranques y mejores condiciones ambientales.
De las personas que fueron contratadas directamente por el Consorcio Línea Uno, 192 son mujeres, y mil 903, varones.
La Secretaría del Metro de Panamá informó que todos los obreros panameños, incluso los extranjeros, reciben capacitación antes de empezar a laborar en la obra. Además, cada mañana, en sus respectivos frentes de trabajo, también se les dan breves capacitaciones.
Aquellos, ya sean hombres o mujeres, que demuestran cierta destreza en un área determinada, son formados de una manera más completa para que puedan desenvolverse en otras facetas y superarse. En la obra se trabaja en grupos de dos turnos.
Salarios. La paga no es mala cuando muchos extranjeros cruzan el charco, dejando todo para laborar en un país distante al suyo.
Al consultar sobre el rango salarial de sus empleados, en el Consorcio Línea Uno manifestaron que el mismo se fija basado en la convención colectiva que se firmó con el Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Construcción y Similares (Suntracs).
Gregorio Guerrel, secretario de Defensa del Suntracs, reveló que de acuerdo con esa convención colectiva, el salario del ayudante es de 2.61 dólares la hora, los albañiles, carpinteros y reforzadores 3.60 dólares, y el grupo de soldadores y operadores de equipo pesado va de dólares 3.75 a 5.00 dólares.
Guerrel explicó que a esta convención se le tuvieron que hacer algunas mejoras, sobre todo para incluir el rango salarial de aquellas profesiones que son nuevas y que no están tipificadas en ese acuerdo.
Por lo general, el salario para estas profesiones están muy por encima de los 3.60 dólares la hora, tiene entre 10 a 20 centésimos más.
Sin duda, los trabajos de la Línea Uno del Metro refuerzan una vez más la tesis de que Panamá es un crisol de razas.

Dominar el español, el mayor reto de los obreros extranjeros

Dominar el español, el mayor reto de los obreros extranjeros

Para los extranjeros que de una manera u otra forma aportan su granito de arena en la construcción del metro, lo más difícil es adaptarse al clima, la cultura y el idioma.
Por ejemplo, para Claudilene Silva, de nacionalidad brasileña, lo más difícil fue acostumbrarse al clima y a la comida. A pesar de que ya ha estado en otros países, los cambios no son un reto para ella, pues se adapta sin ningún tipo de problema al hábitat, como lo hace un camaleón. Silva es ingeniera en Seguridad Industrial y Medio Ambiente de la obra.
Por su vasta experiencia y capacidad, a pesar de ser mujer, ha trabajado en 12 proyectos en diferentes lugares del mundo.
Llegó a Panamá en julio de 2010, para trabajar en el Proyecto Saneamiento de la Bahía, pero al finalizar la obra, recibió la propuesta de laborar también en la Línea 1 del Metro de Panamá. Recuerda que cuando llegó a suelo panameño, no hablaba bien el español. “Solo sabía decir gusano y maíz”, expresó. Pero logró superar la barrera del idioma.
“Trabajar fuera de mi país es una gran experiencia, me adapté rápido aprendiendo el idioma y las culturas de los países en donde he laborado”, señaló.
En ambos proyectos, tanto en saneamiento como en el metro, se ha encargado de transmitir el conocimiento sobre tecnología, que ha adquirido a lo largo de sus 12 años de experiencia en proyectos de construcción.
Silva, además de capacitar a los nuevos integrantes, también se asegura de que los trabajadores cumplan con los requisitos de seguridad.
“A mis compañeros, siempre les digo que trabajen con mucha atención porque la vida está por encima del trabajo”, ese es el mensaje que siempre le transmite a sus pupilos.
No podemos pasar por alto a Emanuel Núñez, de 22 años de edad, es panameño y el más joven de su cuadrilla, la cual trabaja en la Estación 5 de Mayo, de Calidonia.
Estar en la obra le permitió soñar alto, ya que quiere ser ingeniero y abrir su empresa. Núñez es armador, y a diferencia de muchos de sus compañeros, los sábados lo dedica a estudiar la especialidad de Técnico en Edificación, título que está por alcanzar.
Este joven constructor también ha laborado en la Ampliación del Canal, pero como es de aquellos que aspiran a más, aplicó para el metro y le salió. “No decidí quedarme así, soy de los que siempre veo un escalón más arriba”, manifestó.

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