miércoles, 18 de diciembre de 2013

OPINIÓN: La verdadera radiografía de un farsante

LA OPINION PANAMA - Cuando el Panamá América reveló quiénes son los ricos y famosos que poseen mansiones en las playas, muchos se preguntaron de dónde habrán salido los 2.5 millones de dólares y otros bienes de Gerardo Solís, a quien no se le conoce más que una trayectoria en cargos del gobierno, entre los que destacan ministro, director del antiguo FIS, fiscal electoral y magistrado del Tribunal Electoral y algunos otros puestos que no reciben emolumentos suficientes como acumular fortuna.

Tampoco es conocido dentro del gremio como abogado litigante y no es visto nunca en los tribunales ni en los bancos, por lo que es extraño que posea una fortuna a la que no se le conoce una fuente permanente de flujo legal.


Es por eso que la frase del presidente Ricardo Martinelli, “Entran limpios y salen millonarios”, ha representado mejor a alguien que ha incursionado en el ámbito gubernamental.


Todo lo anterior ha sido el resultado de no haber crGerardo Solíseado un tribunal de cuentas tan pronto retornamos a la democracia para que se diera un escarmiento a quienes se han aprovechado de la cosa pública para enriquecerse, entre los que destacan ilustres miembros del Partido Revolucionario Democrático (PRD), al cual pertenece o perteneció Solís.


Asimismo, existe una lista de integrantes de la llamada sociedad civil que no pueden justificar sus bienes porque sus ingresos no son suficientes, por lo que sirven a los propósitos de los medios del poder económico de atacar constantemente al gobierno.


Por cierto, una de las que pertenece a este notable grupo de ciudadanos que cuenta entre sus posesiones, en pleno centro de la ciudad, una piscina casi del tamaño de la utilizada en los juegos olímpico.


La mentira de 23 años se destapa ahora, cuando llega al poder el presidente Ricardo Martinelli, quien ganó su elección sin el apoyo económico de poderosos dueños de corporaciones, ni de aquellos que no pagan impuestos e imponían reglas de juego a los gobernantes. 

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