LA OPINION PANAMA - Los agentes de la dictadura mediática han dado la cara en sus enfrentamientos contra el gobierno, en su incontenible afán de desestabilizar políticamente al país y someter al presidente Ricardo Martinelli, a sus criterios personales y a sus intereses económicos.
Durante los últimos 23 años, la dirigencia del bipartidismo se ha sometido al poder de los patrocinadores de sus campañas, para luego convertirse en servidores de sus corporaciones.
Ahora, la dictadura está desesperada por el respaldo popular que recibe la gestión del presidente Ricardo Martinelli y porque la ciudadanía quiere seguir con más cambios, por lo que sus medios de comunicación han arreciado las campañas negativas que impulsan la oposición.
Los dueños de los medios de comunicación social, surgidos a la sombra del despotismo militar, no esconden su complicidad con aquellos trasgresores de los derechos civiles y humanos y hasta han llegado a justificar las muertes, desapariciones forzosas, las torturas y los exilios, tan solo por seguir acumulando fortunas.
Estos medios de prensa, con su doble moral, se presentan como los defensores de la libertad de expresión; sin embargo, no recuerdan su silencio durante las dos décadas de totalitarismo que sumió al país en la más tétrica oscuridad.
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