viernes, 29 de agosto de 2014

Primo de Varela y cuñada de Alemán, emplanillados

Los nombramientos de familiares y allegados en puestos del Gobierno y en las notarías públicas ponen en entredicho la transparencia y la intolerancia al nepotismo prometidas en campaña por el presidente Juan Carlos Varela


Los nombramientos de familiares y allegados en puestos del Gobierno y en las notarías públicas ponen en entredicho la transparencia y la intolerancia al nepotismo prometidas en campaña por el presidente Juan Carlos Varela, bajo el lema El Pueblo Primero.
A las ya cuestionadas designaciones de parientes se sumaron ayer los nombres de Pilar Arosemena de Alemán, cuñada del ministro de la Presidencia, Álvaro Alemán, como vicepresidenta de la Junta Directiva de la Caja de Ahorros.
Pilar es esposa de Jaime Alemán, hermano del ministro, y madre de Jaime Alemán, quien fue nombrado con $5,000 mensuales en el Ministerio de la Presidencia.
Además, está el nombramiento de Álvaro Varela, primo del presidente, como secretario general del Ministerio de Seguridad, con un salario de $5,000.
Igualmente, trascendió el nombramiento de Gloria de la Torre, prima hermana de Varela, como embajadora de Panamá en Francia.
A juicio del constitucionalista Raúl González, en el trasfondo hay un tema de falta de moral en estos nombramientos, que calificó como nepotismo.
En su plan de gobierno Varela plasmó por escrito su compromiso de “cero tolerancia contra la corrupción y el clientelismo”.
El gobernante prometió que incluiría el establecimiento de una normativa legal para evitar el conflicto de intereses en el desempeño de una función pública, promesa que ahora es cuestionada.
Varela se comprometió a hacer reformas al Estado para “implementar un régimen legal de nombramiento de funcionarios, basado en procedimientos de selección mediante concursos públicos, reclutamiento, evaluación y promoción basada en la idoneidad comprobada, el mérito, las ejecutorias, el profesionalismo, conocimientos, capacidad, competencia y desempeño de los postulantes”.
Sin embargo, los nombramientos en altos cargos y en notarías van en contra de estas promesas.
“Nepotismo, practique quien lo practique, es negativo. El Estado es de todos, por lo tanto no es de su propiedad; no es una finca particular de ninguna familia y, en consecuencia, se debe seleccionar lo mejor del país y buscar gente que no tenga vínculos con los que ostentan el poder”, advirtió González.
Además de los nombramientos antes mencionados se cuentan el de la directora del Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan), Julia Guardia, el de los hermanos Leo y Carlos Ernesto González, como administradores de la Autoridad Panamá Pacífico y de la Autoridad Nacional de Administración de Tierras (Anati), respectivamente.
Ambos son hijos de Leo González, de las filas del panameñismo.
Las esferas de estos casos trascienden al Órgano Legislativo, en donde el presidente de la Asamblea Nacional, Adolfo Valderrama, tiene a su hermano Gustavo como director de Análisis del Ministerio de Economía y Finanzas, con salario de $5,000.
Estas actuaciones de Varela no van solo en contra de sus promesas y del Código de Ética de los Servidores Públicos, sino también de la filosofía de su líder, el doctor y político Arnulfo Arias Madrid, quien en 1941 emitió una ley en contra del nepotismo.
Según el catedrático Miguel Antonio Bernal, Arias Madrid emitió una ley que prohibía nombrar a más de dos familiares en el Gobierno y que entre los cargos que devengaran un salario superior a los $500.
El jurista González indicó que en Panamá hay muchos profesionales de escasos recursos y bien preparados, pero como no gozan del apoyo de los políticos tradicionales, nadie les presta atención.
Según González, la idea es combatir el nepotismo y que los cargos no sean designados por el parentesco como negocio de familias.
El Código Uniforme de Ética de los Servidores Públicos, en su artículo 41, plantea que los funcionarios deberán abstenerse de beneficiar con nombramientos en puestos públicos a su cónyuge, pareja de unión consensual u otros parientes del tercer grado de consanguinidad o segundo de afinidad.
También deberán abstenerse de ejercer la función pública en la misma unidad administrativa o en unidades que mantengan entre sí relaciones de control o fiscalización y en las que laboren personas incluidas en los mencionados vínculos de parentesco, ya sean originales o sobrevivientes, sin notificarlo a su superior jerárquico.
Critican designaciones
Fernando Díaz, de la Fundación Pro Ciudad, recordó que el principio de transparencia de gestión pública incluye un régimen de nombramientos y criterios de elección de funcionarios sobre la base de méritos.
El representante de la sociedad civil enfatizó que las designaciones hechas por Varela deberían hacerse tomando como principio los méritos.
Luego de que el diputado José Luis Varela, hermano del presidente, defendiera los nombramientos cuestionados aduciendo que “Panamá es un país pequeño”, Díaz señaló que es importante que los ciudadanos exijan cuentas sobre los criterios tomados para hacer estas designaciones. También solicitó a las autoridades y al presidente sustentar los mecanismos de esas selecciones, para ver si efectivamente los familiares o allegados tienen las cualidades suficientes para haber sido nombrados en puestos públicos.
Según el diputado Varela, “lo más importante es que no se use -porque son primos o familiares- el puesto para robar, abusar y hacer contrataciones amañadas”.
El argumento de Varela incluye también que los contratados “son personas cuya honestidad es su norte”, a quienes hay que darles oportunidad de demostrar que pueden desempeñar un buen trabajo.
Sobre esta posición, Díaz reiteró que hay otros criterios, además de capacidad, que se deben atender para evitar conflictos de interés.
Entre los nombramientos cuestionados figuran, además, el realizado por el ministro de Gobierno, Milton Henríquez, quien designó a su cuñada, Florita Ciniglio, en un puesto en la cartera bajo su cargo.
Otros que no escapan a esta situación son el administrador de la Autoridad Marítima de Panamá, Jorge Barakat, y su hermana, Jindriska Barakat, quien es subdirectora general de Contrataciones Públicas.
Díaz consideró que el problema central es que el sistema electoral panameño es antidemocrático y no permite que sectores populares se puedan organizar para participar en las elecciones con posibilidades de ganar y acabar con ese nepotismo.
González se sorprendió de que el ministro Álvaro Alemán dijera que por ser de su confianza y reunir el perfil, nombró a su sobrino Jaime como su asistente, y que sostuviera que no está violando la ley. “Hay gente mejor preparada que su sobrino o familiar y él no debe permitirlo”, indicó.
El expresidente de Apede Roberto Troncoso manifestó que en un gobierno como el de Varela, que tuvo una campaña muy importante, y que entre sus planteamientos mencionó el respeto a la institucionalidad y el cumplimiento de no repetir vicios del pasado, debería mandar un mensaje más contundente sobre el nepotismo.
“Las cosas que se hacen mal no hay que seguirlas haciendo. Hay que rectificarlas y tomar correctivos”, sostuvo el abogado. Agregó que si los anteriores gobiernos han dado malos ejemplos, caracterizados por nombrar familiares, independientemente de la preparación y capacidad que tenga el que se está nombrado, lo que se debe hacer es dar el ejemplo.
Esto queda tácito y sobreentendido en la ley de carrera administrativa de 1994, que en su artículo 44 establece que no podrán optar para ocupar puestos públicos las personas que guarden relaciones de parentesco hasta el tercer grado de consanguinidad y segundo de afinidad con la autoridad nominadora de la misma institución.

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