AGUSTIN JURADO - Por primera en la historia republicana, nuestro país se proyecta ante el mundo como una nación en franco crecimiento, después de despertar del letargo económico en que lo tenían gobiernos jefaturados por líderes mediocres que solo se preocuparon por defender sus intereses personales y los de sus allegados que estaban acostumbrados a vivir de los recursos del Estado.
Panamá ha sorprendido al mundo, por el hecho de que una nación de apenas 3 millones de habitantes esté emergiendo con paso firme hacia niveles de desarrollo nunca antes alcanzados, constituyéndose en un país que ha atraído inversionistas de los cinco continentes interesados, no solamente, en nuestra ventajosa posición geográfica sino también en la serie de incentivos que ha ofrecido el actual presidente Ricardo Martinelli quien, con visión de estadista ha creado las condiciones atractivas para crear la confianza y la seguridad jurídica en los potenciales inversionistas que contribuyen a colocarnos como el país con más alto crecimiento económico de la región.
Además, Panamá se ha ubicado en un elevado sitial en sectores tales como deporte, combate a la pobreza, pleno empleo, así como también en el apoyo a la agroindustria, la búsqueda de fuentes alternas de energía, la explotación de recursos marinos, cultura y educación.
* El autor es periodista
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