Con la realización de las campañas proselitistas de los aspirantes presidenciales de Cambio Democrático, las ventajas políticas que había logrado la oposición han comenzado a ser recortadas.
Las acciones que desarrolla el partido de gobierno comienzan a mostrar una imagen diferente a la población electoral que se deshace de la creencia de que el CD tiene un dueño al ver que lo que se impone es la competencia interna y las propuestas, en un escenario democrático donde no tiene cabida la figura del ungido.
José Domingo Arias, Rómulo Roux y Giselle Burillo han demostrado que no se trata de una escogencia personal sino de la capacidad de convocatoria de cada uno, lo que moverá a las masas del CD a votar por su precandidato preferido, situación que seguirá fomentando la mística que logrará el triunfo en el torneo de 2014.
Estos tres destacados exministros del cambio están conscientes que nada puede estar por encima de la unidad del partido y se han dedicado a trabajar intensamente para convencer a las bases de lo positivo de sus respectivas propuestas.
El proyecto de país del presidente Ricardo Martinelli no termina con un período gubernamental, por lo que es una obligación ganar las próximas elecciones para continuar llevando esperanzas a la población y demostrar a los inversionistas que Panamá es el mejor sitio para realizar sus actividades comerciales y de negocios.
La gente de CD esperaba esta ocasión para poder militar y fortalecer un proceso que favorece la democracia, libertad, la propiedad privada y la vida, tal como ha sido la visión empresarial de su fundador y presidente Ricardo Martinelli.
Por todo esto, todos los sectores del partido deben mantenerse atentos para impedir que los opositores y los medios de comunicación a su servicio puedan sembrar la semilla del odio y la división y terminar con la época del cambio.
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