lunes, 20 de octubre de 2014

POLÍTICA: Diario ‘La Prensa’ consigue puestos públicos bajo intimidación

Exdirectivos del diario como Mercedes de Corró, embajadora de Panamá en España, y Fernando Berguido, en Italia, son producto de la persecución. Roberto Eisenmann actuó como asesor del gobierno de Mireya Moscoso y César Tribaldos fue director del Ipat en la gestión de Pérez Balladares.

  • 4 de agosto de 1980 empezó a operar el diario La Prensa.
Destacados
  • 1,500 es el promedio de accionistas de la Corporación La Prensa.
  • 1 por ciento de las acciones es el máximo que puede poseer un afiliado en ese diario, incluyendo a los empleados.
El denominado “Diario Libre de Panamá”, La Prensa, ha participado de forma indirecta en cada uno de los gobiernos desde que se creó la llamada era democrática -después de 1990-, a través de sus directivos, que en el afán de obtener importantes puestos públicos, lanzan persecuciones contra partidos, ministros y presidentes.
Corporación La Prensa se rige por una junta directiva, que en un principio tenía como ideal “ser pequeña, decidida, trabajadora, dispuesta al riesgo personal y de variadas corrientes políticas”. No obstante, las presiones de sus directivos hacia los gobiernos de turno contradicen su legado, al crear favores que más tarde terminan por retribuirse.
Desde el gobierno del expresidente Ernesto Pérez Balladares, directivos de La Prensa han ocupado importantes puestos en cada administración; tal es el caso de Ricardo Alberto Arias y César Tribaldos, este último quien terminó por perseguir al exmandatario.
Arias fue canciller, mientras que Tribaldos fue administrador del Instituto Panameño de Turismo (Ipat).
En una denuncia, el abogado Rogelio Cruz argumentó que varios medios de comunicación elaboraron un informe contra el expresidente Pérez Balladares con base en las publicaciones del diario La Prensa. “Este informe se hizo con base en publicaciones del diario La Prensa”, criticó el abogado años atrás.
Las aseveraciones del jurista van más allá, al reclamar que “todo se trataba de una patraña judicial montada para perjudicar políticamente a Pérez Balladares, al ordenar su indagatoria y detención para complacer intereses de varios sectores”, entre estos, el de directivos al frente de dicho diario.
Posteriormente, César Tribaldos, cuñado del fundador de La Prensa, Roberto “Boby” Eisenmann, fue impulsado por Eisenmann para que ocupara la dirección del entonces Ipat durante el gobierno de Pérez Balladares.
Esto, a pesar de que La Prensa fue crítico del Partido Revolucionario Democrático (PRD), al adversarlo durante la dictadura militar.
En el gobierno de la expresidenta Mireya Moscoso, Roberto “Boby” Eisenmann fue asesor de la mandataria. La Prensa también consiguió el nombramiento de Alvin Weeden en la Contraloría General del República y de Tribaldos como miembro de la Junta Directiva de la Caja de Seguro Social CSS.
La designación de Tribaldos en la CSS se produjo luego de convertirse en enemigo directo del director de ese entonces, el economista Juan Jované, quien se opuso a la privatización de la entidad.
Tribaldos promueve la salida de Jované de la CSS mediante una nota publicada en La Prensa con un supuesto pago de un contrato de publicidad de un mes, con un valor de servicios de seis meses.
Por otra parte, la expresidenta Moscoso debió designar a Adán Arnulfo Arjona, quien fuera representante legal del diario, como magistrado en la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
Luego, en el gobierno del presidente Martín Torrijos, Federico Humbert pasó de ser el presidente de la Junta Directiva de La Prensa a ocupar el cargo de embajador de Panamá en Washington DC. Incluso, en esa administración fue nombrado Jerónimo Mejía, también abogado del medio, como magistrado de la Corte.
En el gobierno pasado, el expresidente Ricardo Martinelli disputó varios puestos de alto mando con directivos de La Prensa, entre esto el propio fundador del diario, Eisenmann. Entre esos, la designación del director de la Policía.
Tras decidirse por Gustavo Pérez como director, Martinelli respondió en ese entonces a Eisenmann que “si quiere el puesto, yo se lo doy, pero que acepte”.
Pese a este cúmulo de antecedentes, La Prensa no ha renunciado a la vieja práctica de obtener grandes puestos, pues en los tres meses de administración de Juan Carlos Varela, han conseguido el nombramiento de Mercedes de Corró como embajadora de Panamá en España y recientemente el de Fernando Berguido en Italia e impulsan a Federico Humbert como contralor de la República.
Los directivos de La Prensa no puedan tener más de 5,000 dólares en acciones, sin embargo, ello no ha impedido que los dueños del medio logren beneficios en puestos públicos.
El exviceministro de Gobierno Alejandro Pérez señala que todo es producto de la catadura de quienes son los dueños de medios, y como terminan siendo testaferros de los gobiernos.
Movimiento de directivos y exdirectivos de ‘La Prensa’ intentó imponer el nuevo presidente de la República
En las elecciones pasadas, el Movimiento Nueva República, integrado también por directivos y exdirectivos de La Prensa, intentó imponer un solo candidato para presidente de la República por parte de la oposición, tratando de que los candidatos Juan Carlos Navarro, del Partido Revolucionario Democrático (PRD), y Juan Carlos Varela se pusieran de acuerdo para que hicieran alianza.
El acuerdo contemplaba 12 puntos, que incluían una convocatoria para realizar una asamblea constituyente.
A su vez, auspiciar el nombramiento de un contralor general de la República y un procurador general de la nación, así como magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), según su propia propuesta de independencia, para la cual establecieron una serie de requisitos.
Incluso, realizar auditorías forenses a todas las instituciones que se consideraran como megaobras de la pasada administración, y la utilización de recursos del Estado para cumplir la instrucción.
No obstante, el ahora presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, no accedió a la propuesta, a finales de diciembre, cuando podían concretarse alianzas.
Esto despertó el temor de sus dirigentes, quienes se resignaron y decidieron optar por una nueva campaña que llamaba a los electores a efectuar su “voto seguro” por presidente, con el que Navarro sería el candidato de la oposición que mejor se situaba en las encuestas.

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