Este transporte, que causó luto y dolor en cientos de hogares panameños, ha reaparecido, pero ahora bajo la sombra de la ilegalidad.
Al menos esto es lo que ha comprobado El Siglo durante varios días de seguimiento en campo.
El paro de los operadores del Metrobús el pasado lunes y martes, en reclamo a una indemnización si Mi Bus cede el servicio al Gobierno, dejó en evidencia que los diablos rojos siguen más vivos que nunca.
En áreas como Las Mañanitas y Pedregal, los diablos rojos prestan el servicio en las rutas troncales vía España y Tumba Muerto. Todos los buses tienen el logo de Sicotrac.
El secretario de esta prestataria, Tomasito López, en declaraciones que diera en el mes de agosto admitió que bajo el paraguas de Sicotrac hay 89 diablos rojos brindando el servicio.
Este transporte debió salir del sistema el pasado 15 de marzo del 2011 con la entrada total de los metrobuses, pero la realidad es otra.
Un claro ejemplo de esta situación fueron las 58 sanciones que agentes de la Dirección de Operaciones del Tránsito (DOT) pusieron a conductores de diablos rojos por dedicarse a la piratería en agosto.
Nadie los detiene
A pesar de que el asesor de la Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre (ATTT), David Ramírez, ha reiterado que no van a permitir más diablos rojos en las calles, los transportistas hacen caso omiso a esta advertencia.
Ramírez indicó que los únicos buses que pueden brindar el servicio, tras la modernización del sistema, son los que están afiliados a la Cooperativa San Cristóbal de Chepo, pues estos no fueron indemnizados.
Además, señaló que el año pasado y al inicio del 2014 entraron cerca de 150 diablos rojos al país, a pesar de que el Decreto Ejecutivo 208 del 19 de abril de 2011 lo prohibe. Se presume que este ingreso sea la causa del aumento de estos buses en las calles de la ciudad capital y San Miguelito.
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