En los principales supermercados del país ya se empiezan a sentir los efectos del Decreto Ejecutivo N.° 165 que establece el control de precio de 22 productos de la canasta básica.
En los principales supermercados del país ya se empiezan a sentir los efectos del Decreto Ejecutivo N.° 165 que establece el control de precio de 22 productos de la canasta básica.
Escasez de algunos productos en las estanterías y el incremento en los precios de los artículos de uso personal son la nueva carga de los consumidores, quienes se sienten traicionados por no beneficiarse de los precios regulados.
Un ejemplo claro es el de la consumidora Patricia Moreno, quien hace las compras de sus alimentos quincenalmente, pero la diferencia es que esta vez no encontró ninguna de las carnes que están dentro de la lista de los precios congelados, por lo que decidió pedir otras de mayor costo.
Para Moreno, lo más difícil es que ahora los artículos de uso personal, “también se han encarecido”, confirmó.
Panamá América realizó un recorrido por diferentes supermercados de la capital y encontró desabastecimiento de carnes, pan molde, vegetales y verduras como el tomate perita.
Este medio encontró que en su mayoría, los locales tienen el espacio vacío reservado para los productos del control de precio debido al desabastecimiento de los mismos.
Según expertos consultados, esto se debe a que evitan ofrecerlos para no perder en sus ganancias, tal es el caso específico de los minisúper.
El economista Raúl Bethancourt manifestó a este diario que la medida del control de precios no está llegando a las amplias mayorías y que lo único que crea es una gran confusión sobre quién se ve favorecido al final del camino.
Explicó que la medida es un freno para el desarrollo porque no hay un incentivo para el productor.
“Cómo se quiere que se incremente la producción si están vendiendo casi al mismo costo de producción y nadie trabaja gratis”, destacó.
Por su parte, el secretario de la Asociación Nacional de Consumidores y Usuarios de la República de Panamá (Uncurepa), Pedro Acosta, afirmó que los desabastecimientos son provocados para vender los artículos más caros, y son los clientes los únicos perjudicados, porque no les queda otra salida.
Pérdidas
Antonio Guerra, quien tiene 21 años de vender en el Mercado de Abastos, opinó que con la llegada del control de precios las ventas se han paralizado.
“Ya no nos compran la cantidad de antes porque no les está generando ganancias, ni a ellos ni a nosotros, los chinitos compran poca mercancía solo para cumplir con la medida”, aseveró.
Según Guerra, esto ha dejado como resultado la caída de sus ingresos hasta en un 40%, un gran hueco que les dificulta cumplir con sus principales gastos.
“En los 21 años que he trabajado aquí, es la primera vez que veo esta escasez en la cebolla. A nosotros nos llega la mercancía cara y por complacer al cliente con la regulación no le estamos ganando nada”, afirmó.
Otros de los que ya no aguanta la medida es José Peña, quien es comerciante hace 5 años del Mercado de Abastos. Comentó que desde que empezó el control de precios han bajado mucho las ventas, aparte de que no hay productos como legumbres y verduras.
“A nosotros no nos ayuda mucho el control de precios porque se nos está afectando, el Gobierno tiene que ayudarnos, porque si no hay producción nacional, les tocará traer de afuera”, dijo en tono molesto.
En tanto, Anastacio Melgar, con más de 18 años de vender en el Mercado de Abastos, sigue esperando la fórmula para bajar el costo de producción que se encuentra por las nubes. “¿Con qué nos van a ayudar?, que me digan dónde y cuándo”, señaló.
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