Al concluir constitucionalmente el periodo quinquenal del gobierno presidido por Ricardo Martinelli, las evaluaciones objetivas demuestran los avances registrados a favor principalmente de los intereses del pueblo panameño. Un crecimiento económico sin precedentes, la elevación del salario mínimo, la creación de las jumboferias, subsidios a los adultos mayores, discapacitados, constituyen pruebas fehacientes del legado social y económico de un mandatario dedicado a las tareas presidenciales como no hicieron sus antecesores. El metro, la modernización y creación de nuevas vías de comunicación a lo largo y ancho del país forman parte sustantiva del conjunto de obras públicas que desarrolló el gobierno de Cambio Democrático (CD), que superó en 5 años lo realizado en 50.
El segundo lugar de José Domingo Arias y la treintena de diputados electos de CD y Molirena confirman la ratificación del buen gobierno en las urnas del pasado 4 de mayo. Pero mientras en el extranjero se escriben apologías sobre el gobierno de Martinelli, la envidia y la mezquindad tienen nombre propio en la partidocracia panameña.
Es largo y fecundo el inventario de las obras que deja el gobierno en salud, seguridad, educación, trabajo y en otros aspectos. Obras públicas que deben continuarse y profundizarse. Si se paralizaran o se abandonaran se frenaría negativamente el desarrollo obtenido en los cinco años del ejercicio gubernamental del 2009 al 2014.
El gobierno de Martinelli trabajó contra viento y marea, y le restó importancia al obstruccionismo antipatriótico generado por intereses económicos y políticos. A medida que se conozcan los primeros resultados del nuevo gobierno del presidente Juan Carlos Varela se podrán apreciar las diferencias entre estudio y la improvisación, el dinamismo y la modorra, la energía de mando y las contradicciones de pactos y componendas efectuadas a espaldas del mensaje de los electores.
Por lo pronto, el nuevo ministro de Desarrollo Agropecuario tiró la toalla reconociendo que el control de precios es una medida apresurada, vale decir sin consulta de productores, comercializadores y usuarios. La firma del decreto de congelación de precios por un periodo de seis meses convertirá en conejillos de indias a los panameños. Se experimentará con un proyecto controlador que creará carestía y escasez, como acontece en países de la región.
La historia internacional de los movimientos políticos demuestra la realidad de las afinidades electivas entre los regímenes demagógicos. Unos gobernaron por golpe de Estado y elecciones por cerca de 50 años. Otros asimilan por ósmosis ideológica la línea del autoritarismo, improvisación y el engaño. Con alianzas políticas antinómicas entre panameñistas y perredistas se agudizan crisis internas que estallarán como bombas de tiempo provocando cismas políticos que erosionarán el consenso en pro de la gobernabilidad.
La suerte está jugada. La nueva gestión administrativa muestra señales de persecución política contra CD. Las retaliaciones políticas fortalecen a los perseguidos. La Constitución es la columna vertebral del Estado de Derecho. Si a los yerros económicos monumentales se agregan violaciones al Estado de Derecho, podemos entrar a una etapa de confrontaciones de oscuras perspectivas.
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