Un misterio encierra para algunas figuras políticas de gobierno y oposición la reciente participación del empresario Roberto Eisenmann y el ex- contralor Alvin Weeden en una actividad de la cacica Silvia Carrera, en territorio de la comarca Ngäbe-Buglé.
Fuentes en la comarca informaron que se trató de dos reuniones, los días 11 y 12 de septiembre, donde se abordaron temas sobre los resultados del peritaje de Barro Blanco y el balance de la gestión de Carrera.
Aunque ambos llegaron tarde a la primera reunión, la cacica tuvo la cortesía de extender la misma para permitirles su intervención.
La fuente mencionó que Eisenmann en su intervención se ofreció dispuesto a cooperar en cualquier cosa, incluso hasta instalar una fundación para ayudar a la comarca.
En tanto, Weeden brindó sus servicios como abogado por la venta de tierras en la comarca, despotricó contra el Gobierno y hasta vendió su candidatura como diputado, a pesar de que no se trataba de su circuito electoral.
Tras conocerse la información, el presidente de la República, Ricardo Martinelli, se mostró sorprendido al señalar que “es interesante que ambas figuras de clara oposición al Gobierno se hayan reunido con la principal dirigente indígena”. El mandatario cuestionó el encuentro al momento que participaba de las primeras pruebas del metro.
Reacciones
En declaraciones dadas a NEXtv, Aníbal Culiolis, del partido popular, consideró que la reunión entre ambas figuras causa suspicacia. “Pareciera que todos somos susceptibles al doble discurso, que es bueno que se dialogue, pero inmediatamente surgen suspicacias”, comentó Culiolis.
Más contundente fue Manuel Grimaldo, miembro de partido Panameñista. “No creo que un dirigente de la sociedad civil y un aspirante a diputado por la libre bajo ninguna circunstancia participen en este tipo de encuentros. No es el momento de estar aupando ningún movimiento, de ningún tipo”, destacó el también aspirante a diputado por el partido de oposición.
Ambos coinciden en que hay que ser cuidadosos con este tipo de reuniones, porque estamos en un periodo de tiempo, en el que la campaña política se está encendiendo.
Para el diputado Crispiano Adames, del Partido Revolucionario Democrático (PRD): “mientras existan intenciones cabales, es sano que existan estas reuniones, es beneficioso y positivo para la democracia”.
Las dudas sobre las razones reales de la reunión surgieron tras las serias diferencias públicas que mantienen Eisenmann y Weeden con el jefe del Ejecutivo.
El primero acusa al Gobierno de persecución, tras el secuestro de bienes por parte de la Dirección General de Ingresos, por la supuesta evasión fiscal de 3 millones de dólares. El caso se mantiene en la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia.
Mientras, el excontralor confronta públicamente la gestión del presidente Ricardo Martinelli.
En la comarca, líderes del Congreso General, y que difieren de la gestión de Carrera señalan que la ‘sospecha’ se centra en que luego de los acontecimientos registrados en 2012, por la aprobación de la Ley de Minas, en la que se presume se filtró la participación política y de otros grupos de oposición, existe el riesgo de que nuevamente se intente aupar un movimiento indígena para estos fines.
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