El gobierno del presidente Ricardo Martinelli quedará en la historia, no solo por haber modernizado al país, sino también por haber introducido cambios sin provocar traumas a ningún sector de la sociedad civil.
A pesar de que las transformaciones importantes que ha experimentado Panamá hayan ocasionado algunas incomodidades, Martinelli ha respetado los valores democráticos, las libertades ciudadanas, muy diferente a lo que ocurre en otros países de la región donde se ha atentado contra los derechos fundamentales de algunos sectores.
El mandatario no olvida sus valores liberales y mal podría afectarlos cuando es consciente de que el ejercicio empresarial es sinónimo de economía de mercado, aunque a veces lo humano aflore en sus acciones.
El presidente Martinelli ha sido víctima, como ningún otro mandatario hasta ahora, de las corporaciones mediáticas que han desarrollado ataques coordinados a través de forajidos sin prestigio que también han lanzado sus dardos envenenados contra sus familiares.
Al final de la historia y a pesar de estos maquiavélicos planes, Martinelli será recordado como el mandatario que, en nombre de la democracia, toleró las más crueles agresiones por parte de sus enemigos que se esconden detrás de sus medios de comunicación.
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