Leí un anuncio que decía “Voto Útil”. Me llamó la atención y me hizo cavilar sobre la razón por la cual, no sé cuántos, odian al presidente Ricardo Martinelli y les gustaría verlo desaparecer por la velocidad, calidad y cantidad de obras realizadas.
Los panameños saben que el mundo avanza a gran velocidad. Es la era del conocimiento y del pensar. Recuerde nada más cómo exigimos que nuestra computadora responda en nanosegundos y nos molestamos si demora en responder. Deseamos transportes rápidos y eficientes que nos lleven pronto a nuestros destinos. Deseamos ser atendidos rápidamente en cualquier oficina a la que acudamos, públicas o privadas, y exigimos otras formas de servicios como médicos y legales; eso está bien. Esa velocidad es imparable; no hay vuelta atrás.
LOS PARTIDOS DE OPOSICIÓN TAMBIÉN EMPUJAN CARRETILLAS, LAS LLEVAN LLENAS DE “NADA”. UNO SE FUNDÓ, SEGÚN SUS MIEMBROS, HACE OCHENTA AÑOS, EL OTRO HACE CINCUENTA AÑOS. EN ESOS TIEMPOS SOLO HABÍA TRANVÍA, QUE SE ELIMINÓ, Y DEBIDO A ESO ANDAN A PIE. ESTÁN ATRASADOS.
Años atrás circulaban por las calles de la ciudad unos señores que se ganaban la vida empujando carretillas a la velocidad de 10 kmph, sin apremios de tiempo, llena de mangos u otras frutas que existieran en el momento, las cambiaban por botellas y hacían buen negocio; era época de trueque, no había tranques porque había pocos carros, no eran muchos los que podían tenerlos; la vida transcurría apacible, los únicos que la sacaban de ese placentero estar eran los políticos que insultaban a sus contrarios diciéndoles gallo-gallina o ñañeco y nada más; de vez en cuando garroteaban a un opositor que se negaba a ser convencido. Los enemigos eran los zonians que no querían salir de su paraíso.
Después llegaron los militares con sus factótums civiles, aburridos de tan sosegado ambiente y trastocaron todo de manera perversa. Hicieron al panameño: juega vivo, pedigüeño, alborotador, buscapleitos, agresivo y fácil de manejar; hasta nombraban presidentes a tutiplén, todo eso para ponerlo a tono con las otras dictaduras. A los militares los sacaron los gringos a bombazos, en tanto que los mandaderos se escondieron y mimetizaron. Así transcurrieron otros años. Los factótums salieron y con las argucias aprendidas de sus mandantes se disfrazaron de demócratas y se apoderaron de la política repartiéndose el gobierno cada cinco años, dándoles, no buenamente, oportunidad a los que otrora fueran sus víctimas. En tanto la sociedad seguía su vida calmosa, salvo una que otra protesta para no entumecerse.
Pero algo cambió.
EL “VOTO ÚTIL” NO HACE PROPUESTAS, SINO VOTAR EN CONTRA DE MARTINELLI PORQUE NO QUIEREN QUE HAYA MÁS CAMBIOS. COMO ODIAN EL CAMBIO, QUIEREN CAMBIAR A CAMBIO PARA QUE NO HAYA MÁS CAMBIOS.
Un señor se atrevió a competir contra los dos viejos contrincantes, le llamaron loco y les ganó. Ese señor que parecía loco porque se atrevía a hacer las cosas que otros, en su oportunidad, no hicieron, se imaginó conductor de un tren bala y pisó el pedal hasta el fondo para cambiar la vida del país, lo que sorprendió a mucha gente que aún dormía la siesta… y volteó la torta sin preguntar. Ese es el problema.
Unos señores de Nueva República sacaron de sus cachivaches una carretilla de 10 kmph para competir con el tren bala y no han podido ni siquiera llegar a la estación de salida; eso los tiene furibundos. En su carretilla llevan, en lugar de frutas, unas hojas de papel que dicen: “Nada”, para cambiar por votos, ¡qué vivos, ah!
Los partidos de oposición también empujan carretillas, las llevan llenas de “Nada”. Uno se fundó, según sus miembros, hace ochenta años, el otro lo hizo hace cincuenta años. En esos tiempos solo había tranvía, que se eliminó, y debido a eso andan a pie. Están atrasados.
El “Voto Útil” no hace propuestas, sino votar en contra de Martinelli porque no quieren que haya más cambios. Como odian el cambio, quieren cambiar a Cambio para que no haya más cambios. ¿Un trabalenguas, no? En estos tiempos creíamos que ese pensar ya había pasado. Esos señores no son serios ni decentes. No son éticos.
Ahora resulta que todos los candidatos de oposición afirman que continuarán las obras de este gobierno. Empero, llegaron tarde a la cita por venir empujando su carretilla. Los partidos que los prohíjan ya están viejos y cansados, ni la reingeniería los salva, enseñaron a sus jóvenes las mismas tácticas del pasado cuando se escribía a mano o en máquinas de escribir ruidosas. Quedaron atrapados en el tiempo.
El cambio de velocidad sorprendió a todos y produjo el malestar que tienen algunos lentos de velocidad y de entendimiento.
La velocidad con que marcha el mundo en la actualidad es de tren bala y no de carretilla. ¿Cuál de los transportes prefiere? Yo prefiero el que conducirá quien haya heredado y aprendido del presidente a pisar el acelerador del tren bala del progreso para seguir la velocidad que nunca antes habíamos tenido.