Washington, 5 nov (EFE).- La primera dama de Panamá, Marta Linares de Martinelli, afirmó hoy ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) que la estabilidad y prosperidad de estos países "depende de los jóvenes".
La OEA celebró hoy en Washington la Segunda Conferencia para la Juventud de las Américas, en la que participó la primera dama de Panamá.
Linares de Martinelli destacó la importancia de la juventud como agente de cambio y aludió a las iniciativas que el gobierno panameño ha emprendido en el área educativa "con el firme convencimiento de que el conocimiento es poder".
"Si queremos jóvenes con mente crítica, que propongan y se interesen en el devenir de su país, la responsabilidad estatal debe estar siempre enfocada en fortalecer pilares tan importantes como la educación y la salud", aseguró.
"La estabilidad de nuestras naciones y la prosperidad y sostenibilidad de nuestras economías depende de la participación y contribución de los jóvenes, del aprovechamiento de su inventiva e imaginación. Es en la etapa de la juventud cuando contamos con la energía, pasión, osadía y el atrevimiento necesario para hacer cambios transformadores", dijo.
Linares de Martinelli animó a los asistentes a la conferencia a continuar participando, explorando e innovando para crear soluciones a los problemas actuales de la humanidad y les recordó que aquellos avances que han tenido lugar a lo largo de los años se deben a "la audacia de las generaciones pasadas".
Por su parte, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, coincidió también la importancia de la juventud para el futuro del hemisferio y advirtió de que de su desarrollo educativo y laboral depende la prosperidad del continente.
Insulza hizo hincapié en la necesidad de que los gobiernos ofrezcan los medios oportunos para que la juventud "sea realmente el futuro" de las Américas y advirtió de que las universidades latinoamericanas aún están a la zaga en los ránking mundiales.
El secretario general puntualizó que "en términos generales, se dice que las Américas son favorecidas por el llamado 'bono demográfico', un bono que opera cuando la proporción de población en edad de trabajar crece más rápidamente que la población dependiente en edad escolar o en edad de retiro".
Según Insulza, la ventaja de las poblaciones que experimentan esa condición radica "en el hecho de que cuentan con una mayor proporción de población en edad de ahorrar, invertir, trabajar y producir, mientras que cada vez un menor número de personas requieren de inversiones en educación y salud".
Sin embargo, advirtió de que ese "bono demográfico" corre el riesgo de ser desaprovechado ante las condiciones precarias y la falta de acceso a las oportunidades que afrontan las nuevas generaciones del hemisferio.
"Si bien nuestras sociedades esperan que los jóvenes les aporten un futuro, esas mismas sociedades no les están ofreciendo un futuro", aseveró el secretario general.
"En este mismo momento entre el 20 % y el 25 % de los jóvenes en el mundo ni estudian ni trabajan", una tendencia que lleva en ocasiones a que muchos de ellos opten por el desesperado camino del delito, de la violencia o de las drogas, segmentos donde la juventud también copa los mayores índices en América Latina.