Por siglos el sector logístico panameño se ha estructurado sobre la base de esfuerzos individuales poco coordinados, pero con actores sumamente complejos. Este escenario ha derivado en la disponibilidad de activos logísticos de clase mundial, pero sin la capacidad para ser aprovechados integralmente, lo que limita nuestra competitividad como hub logístico. Por primera vez el Gobierno Nacional ha adoptado una política integral para el desarrollo del sector.
Fundamentado en el Plan Estratégico de Gobierno 2009–2014, que ha identificado a la logística como uno de los cuatro motores del crecimiento o sectores de alta prioridad, el presidente Ricardo Martinelli inauguró en septiembre pasado las operaciones del Georgia Tech Panama Logistics Innovation & Research Center, que pretende, entre otros objetivos, desarrollar un modelo basado en la investigación científica que permita medir la capacidad de cada uno de los principales activos logísticos (el Canal de Panamá, el ferrocarril transístmico, el sistema de puertos, la Zona Libre de Colón, el aeropuerto de Tocumen y las zonas económicas especiales, entre otros) de forma tal que podamos estudiar su interconectividad, verificar los factores que provocan la variabilidad en los servicios que los relacionan y localizar los cuellos de botella que impiden su desarrollo integral y su máximo potencial.
Para estos efectos se ha creado el Consejo Nacional de Logística (National Logistics Council), que a mucho orgullo me honro presidir, y que está integrado por los principales usuarios, operadores y propietarios de los activos logísticos, así como las asociaciones y autoridades del Gobierno ligadas al sector. El consejo está conformando por equipos de trabajo especializados que tienen la responsabilidad de alimentar el modelo de Georgia Tech basándose en su propia experiencia práctica.
De esta forma, el consejo y Georgia Tech estarán en capacidad de recomendar al Gobierno Nacional las medidas necesarias para lograr el máximo potencial del sector logístico, buscando alcanzar los niveles de productividad y eficiencia que tienen nuestros pares como Rotterdam y Singapur.
También se estructuró junto con Georgia Tech un programa de maestría dual en ingeniería y gestión de la cadena de suministros (supply chain engineering) que se imparte el primer semestre en Panamá, el segundo en Georgia Tech y en el que se logra un título de maestría emitido por la Universidad de Georgia Tech. En este momento, 12 estudiantes panameños están cursando, con éxito, el segundo semestre en el campus de la Universidad de Georgia Tech en Atlanta.
Por último, la alianza con Georgia Tech incluye una serie de programas de educación ejecutiva, que se iniciaron en noviembre pasado y en los que participan tanto miembros del sector privado como del sector público. Sabemos que para lograr los cambios en el modelo logístico requerimos, también, un cambio en la cultura y mentalidad de los involucrados en el sector público, de allí la importancia de la educación conjunta.
Con este importante esfuerzo en la educación, fundamentado en la innovación y el conocimiento sobre la base de la colaboración entre el Gobierno, la Universidad y empresa privada, estamos en capacidad para lograr que Panamá alcance las más altas calificaciones en los ranking globales de competitividad del sector logístico. Por primera vez, nuestro país consolida para el sector logístico los fundamentos para elevarlo a una política de Estado.