Tres siglos transcurrieron entre la conquista y las inquietudes revolucionarias del siglo XIX, los hijos de españoles nacidos en el Nuevo Mundo, llamados "criollos" desvinculados de España; sentían correr por sus venas la sangre americana. Los principios de la nacionalidad florecieron y se despertó el viejo clamor independentista; el pensamiento revolucionario se difundió en la clandestinidad; el genio de Bolívar inspiraba el instinto separatista.
Se avecinaba un instante supremo en la vida del istmo, España, sucumbía ante las derrotas en el sur y se deshacía el imperio, la actividad económica disminuida, obligaron a los líderes criollos a tomar una decisión.
Nombres, fechas y datos nos vienen fácilmente a la memoria cuando nos referimos a la independencia de Panamá de España; sin embargo, una serie de aspectos fundamentales que no han sido analizados, es la razón que me mueve a hacerlo en este trabajo.
3 de Noviembre: Separación Panamá de Colombia
Fueron 17 los intentos separatistas panameños después de fundada la colonia, la inquietud independentista nos condujo a la separación de España. Nuestra vocación de libertad se mantuvo latente durante la época Granadina.
Desmembrada la Gran Colombia quedaron unidos en un débil lazo Panamá y Colombia, unión que no fue posible mantener principalmente por la desidia y abandono del Gobierno Istmeño.
Las raíces históricas de nuestro principal recurso geográfico salieron a relucir ante el trato prepotente del Gobierno de turno que rechazó el Tratado Herrán - Hay y condenaba a Panamá a una vida ya casi tradicional de privaciones.
Los patricios que actuaron en su momento histórico, que ocuparon el puesto en el estadio del tiempo que le tocó vivir, se inspiraron en el tradicional sentimiento nacionalista de los pueblos y reclamaron a la humanidad el derecho natural que la Patria, llamada Panamá tiene reservado en los espacios de los pueblos del mundo, la franja geográfica por donde habría de construirse un canal, es patrimonio de esta nación así lo entendieron los próceres y así lo aceptaron los panameños.
Don José Agustín Arango, un varón justo y noble como esos caracteres ejemplares de la historia, que exalta Plutarco en sus "Vidas Paralelas" para lección perenne de civismo a la humanidad, que llevaba en su sangre el amor a la libertad, fue el iniciador, la fuerza viva, del movimiento secesionista de Panamá en 1903.
Junta Revolucionaria
A fin de impulsar la revolución y para asegurar sus resultados, los señores Don Jose Agustin Arango y el Dr. Manuel Amador Guerrro, acordaron iniciar en sus planes a otros panameños, de quienes tenían la seguridad que contribuirían, con entusiasmo, en tan noble causa, para organizar con ellos una Junta directora de la revolución, la cual quedó intengrada por los siguientes caballeros: Don Joseé Agustin Arango, Dr. Manuel Amador Guerrero, Don Carlos Constantino Arosemena, Don Nicanor A. de Obarrio, Don Ricardo Arias, Don Federico Boyd, Don Tomas Arias y Don Manuel Espinoza B.
El 3 de noviembre de 1903 tuvo lugar la proclamación de la independencia en la ciudad de Panamá, decisión que halló inmediatamente respaldo en el resto del país y los panameños de consumo declararon este territorio como un Estado independiente y soberano con el nombre de la Republica de Panamá.
La redacción del documento histórico (Acta de Independencia del Istmo), que contiene esta proclamación fue enconmendada en la mañana del histórico día 3, por el propio jefe de la revolución, Don Jose Agustin Arango, a un eminente jurista panameño de figuración destacada en la vida política del país, el Dr. Carlos Antonio Mendoza, prominente figura del Partido Liberal istmeño.
La Separación
La unión a Colombia, lejos de contribuir a mejorar las condiciones de vida de los istmeños, las había deteriorado de manera palpable, a lo cual contribuía la devastación producida por la Guerra de los Mil Días, que no era sino la fuente de mayores desgracias para la población de este territorio.
El fusilamiento Victoriano Lorenzo, el caudillo liberal que se negó a aceptar la paz del Wisconsin, sirvió de acicate a la idea de la separación definitiva del Istmo de Panamá.
El 25 de julio de 1903, el general José Vásquez Cobo, comandante militar de Panamá y hermano del entonces ministro de Guerra colombiano, ordenó el asalto de la imprenta que publicaba el periódico El Lápiz, el cual había narrado en detalle el fusilamiento de Lorenzo y había hecho algunas veladas protestas por el suceso.
Este hecho provocó la salida de Cobo de Panamá e hizo que finalmente los liberales panameños se dieran cuenta de que no tenían ninguna garantía ni seguridad bajo el régimen conservador colombiano y se pasaron a las filas de la conspiración secesionista.
Por estas fechas ocurrió otro hecho que selló definitivamente el camino del Istmo hacia su constitución en república: el rechazo del convenio Herrán?Hay entre Estados Unidos y Colombia para la construcción de un canal interoceánico por Panamá, en el cual los panameños veían una luz de esperanza para mejorar sus condiciones de vida.
A pesar de los esfuerzos realizados por los senadores panameños Luis De Roux y José Domingo de Obaldía, la mayoría del Senado colombiano votó en contra de este convenio el 12 de agosto de 1903.
De Obaldía sería eventualmente nombrado gobernador del Istmo, cargo que ya había desempeñado con anterioridad. Como era de esperarse, el nuevo gobernador se sentía inclinado hacia la idea de la separación.
Entretanto, José Agustín Arango, prominente ciudadano y político istmeño, empezó a trabajar en secreto en la preparación del movimiento separatista. Una junta revolucionaria clandestina se formó en torno suyo para planificar una revolución destinada a consolidar la separación del Istmo de la soberanía colombiana, para negociar directamente con Estados Unidos la construcción del canal.
La red conspirativa estaba formada, aparte del propio Arango, por Manuel Amador Guerrero, médico; Nicanor de Obarrio, militar, general del Ejército colombiano y por otros ciudadanos prominentes como Ricardo Arias, Federico Boyd, Carlos Constantino Arosemena, Tomás Arias y Manuel Espinosa Batista.
Pero la parte operativa, la de mayor riesgo, le correspondió a Amador Guerrero, quien viajó a Estados Unidos en busca de apoyo para el plan. Así mismo, obtuvo en Panamá la adhesión de importantes jefes liberales y el apoyo del comandante militar Esteban Huertas.
Con todos estos apoyos, se concertó la puesta en marcha del plan separatista para un día no definido del mes de noviembre de 1903. Sin embargo, un rumor generado en Colombia estuvo a punto de dar al traste con el plan. Informes recibidos daban cuenta de una supuesta invasión nicaragüense al Istmo por la región del Calovébora, sobre la costa atlántica panameña.
Este informe, y los rumores insistentes sobre algo que se fraguaba en Panamá, hicieron que Colombia movilizara al Batallón Tiradores desde Barranquilla. El comandante de ese batallón traía, secretamente, instrucciones para reemplazar a José Domingo De Obaldía y al general Esteban Huertas, en quienes ya no se confiaba en Bogotá.
El Batallón Tiradores, al mando del general Juan B.Tovar y Ramón G. Amaya, llegó a la ciudad de Colón en la mañana del 3 de noviembre de 1903. No tuvo dificultades en desembarcar, pero su transporte hacia la ciudad de Panamá sufrió mil contratiempos, por la complicidad de las autoridades del Ferrocarril Transístmico con los conjurados.
Después de muchas excusas y dilaciones, el Estado Mayor pudo desplazarse hacia la capital. En Colón quedó la tropa bajo el mando del coronel Eliseo Torres.
Una vez llegados a Panamá, Tovar y sus otros oficiales fueron arrestados por instrucciones del general Esteban Huertas, quien estaba al mando del Batallón Colombia, cuya jefatura pretendía reemplazar el recién llegado.
Descabezado el contingente militar colombiano, se apresuraron las acciones para declarar la separación del Istmo. La junta revolucionaria procedió entonces sin más dilación, a declarar esa misma tarde, la independencia del Istmo.
Algunos panameños asaltaron las armerías y tomaron las armas, pero no les fue necesario usarlas. Por representar a la autoridad colombiana fue puesto bajo custodia el gobernador José Domingo de Obaldía.
Una escuadrilla naval anclada en la bahía de Panamá fue conminada a rendirse sin oponer resistencia. Toda la ciudad se encontraba conmocionada y en todos los barrios se escuchaban los vítores a la naciente República de Panamá.
El Consejo Municipal se reunió entonces y proclamó en un acta la voluntad del pueblo de ser libre y de establecer un Gobierno propio, independiente y soberano, sin la subordinación a Colombia ni a ningún otro país.
4 de Noviembre: Día de la bandera
Bandera de Panamá
La bandera panameña consiste en un rectángulo dividido en cuatro cuarteles: el primero superior cerca del asta, de color blanco con una estrella azul de cinco puntas; el segundo superior a continuación del ya descrito, de color rojo; el primero inferior cerca del asta de color azul; y el segundo a continuación de éste, de color blanco con una estrella roja de 5 puntas.
La Idea.
La bandera panameña fue ideada por Don Manuel Encarnación Amador Torrero y fue confeccionada por Doña María De La Ossa de Amador.
Don Manuel E. Amador tomó como referencia para el boceto consideraciones políticas, características de los partidos políticos ideados por dos (2) colores (el Liberal representado por el color rojo y el Conservador representado por el color azul). El blanco simboliza la paz a la cual llegaban ambos partidos. Las estrellas señalaban la rectitud, la fuerza y la autoridad características del desarrollo del país.
Bautizo de la Bandera
El 20 de diciembre de 1903 tuvo lugar el bautizo del emblema y como padrinos fueron escogidos el Dr. Gerardo Ortega con Doña Lastenia de Lewis y Don José Agustín Arango con Doña Manuela M. de Arosemena. Le tocó al Rev. Fray Bernardino de la Concepción García la bendición.
Adopción legal de la Bandera
La Asamblea Constituyente mediante Ley 64 de 1904 adopta provisionalmente la bandera. Y la adopción definitiva ocurrió a través de la Ley 4 de 1925 generada en la Asamblea Nacional y se ratificó su adopción por Ley 28 de marzo de 1941.
Don Manuel Amador Guerrero, primer Presidente de la República de Panamá
Historia de la bandera
Antes de ser ideada la bandera panameña tal como es hoy día, Felipe Bunau Varilla, aquel personaje que participó en los planes para lograr la separación de Panamá de Colombia en 1903, y que intervino como diplomático ante el Gobierno de Washington, cuyo desempeño fue considerado como sin escrúpulo por la manera como defendió los intereses de la República de Panamá, tenía una idea poco original: ideó una bandera nacional basado en el modelo estadounidense. El péndulo, cosido por la esposa de Bunau Varilla, tenía franjas rojas y amarillas en sentido horizontal, en lugar de blancas y rojas como la estadounidense. Escogió el amarillo, por ser color dominante en las banderas española y colombiana. Y en la esquina superior tenía un cuadrilongo azul, en el centro, dos soles amarillos unidos por una franja del mismo color, los cuales, según su autor, simbolizaban los dos continentes. Los soles representaban en la bandera panameña los estados que representan la unión en la bandera norteamericana.
Ernesto J. Castillero R. en su libro Historia de los símbolos de la patria panameña señala que aunque el primer presidente de Panamá, Manuel Amador Guerrero, en Estados Unidos le decía a Bunau Varilla que le gustaba el modelo, la verdad es que no era de su agrado, y cuando llegó a Panamá discutió el punto con algunos miembros de la junta revolucionaria, quienes de plano la rechazaron; y luego con su esposa María Ossa de Amador y entre ambos decidieron desecharla porque les parecía poco simpático e inapropiado que un extranjero determinara cómo iba a ser el símbolo de la nacionalidad panameña.
Ante tal desavenencia los esposos Amador decidieron consultar a Manuel E. Amador, hijo del presidente, quien tenía reconocidas habilidades como artista del dibujo. Este no vaciló y con lápices de color rojo y azul trazó los rasgos de la bandera panameña.
Significado de los colores
De acuerdo con Castillero, la bandera es novedosa en su estructura y se diferencia notablemente de las demás, casi en su totalidad hechas a franjas ora horizontales y ora verticales.
La enseña patria está compuesta por cuatro cuadros, dos blancos y los otros son rojo y azul. ??La asociación de tales colores simboliza la paz que tanto anheló este suelo por la unión pacífica de los partidos históricos (Liberal y Conservador) que tenían como divisa los colores rojo y azul, en una comprensión espontánea y justa de sus derechos recíprocos al gobierno del Estado??, explica el historiador.
Castillero también detalla que ??con sus estrellas por guía, Panamá ha sorprendido al mundo con su progreso y ha visto consolidarse su posición internacional. El azul de sus mares al besarse en este suelo ha traído a nuestras costas la civilización universal y el rojo de la sangre no se derrama ya en la lucha fratricida, sino que se transforma en energía para impulsar el adelanto de la patria en todos los órdenes de la vida. Y esto bajo la égida de la concordia que está representada en el color blanco??.
Confección de la bandera
En los dos primeros días de noviembre de 1903, Panamá aún no era República y fue María Ossa de Amador la que se encargó de ejecutar el proyecto de su hijastro.
Tal como lo recoge Castillero en su libro, María Ossa de Amador, le explicó a Octavio Méndez Pereira cómo fueron confeccionadas las dos primeras banderas.
??Como los colores de la proyectada bandera para Panamá, dibujada por Manuel E Amador: blanco, azul y rojo, no entran en la composición de la bandera colombiana, creí que al comprar las lanillas que habían de servir para nuestra primera bandera podría despertar algunas sospechas y por ello decidí hacer mis compras en tres almacenes diferentes. La lanilla blanca fué comprada en el ?Bazar Francés, la azul en la ?La Dalia? y la roja en la ?La Villa de París?.
??En la mañana del 2 de noviembre hice, pues, un paquete de las lanillas y me dirigí a casa de mi hermano Don Jerónimo Ossa, casado con Doña Angélica B. de Ossa. Dicha casa estaba situada en lo que es hoy Avenida Sur, en la esquina contigua a la planta eléctrica. Allí encontré a mi cuñada, y después de haberme prometido la más estricta reserva, le confié de lo que se trataba??.
Por prudencia, María Ossa de Amador decidió no hacer la bandera en su casa y se fue a una casa contigua en la Avenida Sur, propiedad de los señores Ehrman y Cía, mejor conocida como la Casa Tanguí. Ella cortó los materiales para dos banderas.
Para entrar a la casa ??tuvimos que escalar una pequeña ventana que daba al patio subiendo por una escalera de mano. Una criada de mi cuñada llamada Agueda nos entregó, también por la ventana, una máquina de coser de mano. No habiendo mobiliario ninguno, colocamos la máquina de coser sobre un pequeño cajón y en el piso cortamos los cuadros y las estrellas??.
Aunque no se esperaba que la separación se diera el 3 de noviembre, la bandera fue confeccionada lo más rápidamente posible. María Ossa la envolvió en los papeles que habían servido para llevar la lanillas; tomó un automóvil y se fue a su casa, situada en la Plaza Catedral (hoy Plaza de la Independencia).
En su relato, María Ossa de Amador también detalló a Méndez Pereira lo siguiente: ??ya con las dos banderas en poder mío, comencé a temer que si se tomaban medidas para reprimir el movimiento separatista y la independencia fracasaba, nuestro hogar sería registrado con objeto de obtener pruebas de nuestra participación activa. Resolví entonces entregar el precioso tesoro a la casa bancaria Ehrman y Cía., situada en los bajos de la nuestra, con el fin de que fuera guardado en la caja de hierro de este establecimiento. Pero uno de los señores Ehrman se negó a recibirlo por temor a comprometer la firma bancaria. No tuve otro recurso que esconder yo misma lo mejor que pude las banderas??.
Al darse la proclamación de la separación de Panamá de Colombia, el 3 de noviembre de 1903, María Ossa de Amador ??entregó la primera bandera de la nueva patria y la paseaba entre vítores y otras aclamaciones de regocijo por la ciudad capital. El primer abanderado panameño fue el señor Don Alejandro de la Guardia??, señala Castillero en su libro.
Diseño presentado por Phillipe Bunau-Varilla
Diseño original de la bandera, según Manuel E. Amador.
Bandera actual de la República de Panamá: Surgió de la modificación del primer modelo
5 de Noviembre: Movimiento de Separación en Colón
Fueron numerosas las reuniones, las llamadas personales, las comunicaciones con la capital de Estados Unidos, que entre panameños y estadounidenses se realizaron para que al fin el 3 de noviembre de 1903 fuera el día escogido para proclamar nuestra separación de Colombia, país al cual Panamá se había unido voluntariamente desde el 10 de noviembre de 1821 se separara pacíficamente del país suramericano. Por cierto, hay que decir que muy poco se ganó con esa anexión.
El 3 de noviembre de ese año, los hermanos Domingo y Pedro Díaz organizaron una concurrida manifestación, que partiendo del parque de Santa Ana terminó en el de la Catedral, en donde en sus cercanías y más precisamente en el Palacio Municipal se efectuaba una reunión del Consejo Municipal bajo la presidencia de Demetrio H. Brid, en donde en forma oficial se proclamó la mencionada separación.
Al día siguiente, 4 de noviembre, y por medio de un Cabildo Abierto, centenares de ciudadanos en la misma plaza de la Catedral firmaron un manifiesto en que se apoyaba a la decisión edilicia.
Todo parecía irse desarrollando según lo planeado, la separación estaba por llegar.
Pero no fue así, ya que al amanecer del 3 de noviembre los barcos colombianos "Cartagena" y "Alexander Bixio", y el estadounidense "Nashville", arribaban a la Bahía de Colón.
Desembarcaron de los barcos colombianos 500 hombres bien armados y con ganas de luchar, comandados por los expertos generales Tobar y Amaya, con la intención de apoderarse de dicho puerto y marchar después hacia la capital, lo cual no fue posible porque las autoridades del ferrocarril (que era una especie de agencia de Estados Unidos, a falta de una en Panamá, por no ser aún una nación reconocida) se encargaron de buscar excusas a fin de que el traslado de las tropas de Colombia hacia la ciudad de Panamá no se pudiera efectuar. Tan sólo sus generales fueron trasladados y acá se convirtieron en prisioneros.
Los 500 hombres quedaron en Colón y al mando del coronel Torres no hubo forma de poderlos trasladar. El coronel se puso iracundo y vociferante, amenazando con matar a todo panameño, estadounidense o extranjero que se opusiera a lo anterior.
Comenzaron entonces las conversaciones entre los miembros de la Junta Revolucionaria colonense del alcalde Eleazar Guerrero y de otras autoridades locales, con el objetivo de convencer a los colombianos de que abandonaran Panamá, lo cual se logró con el sólido argumento pecuniario (ocho mil dólares) que logró pacificar al coronel Torres.
En el barco "Orinoco" partió este último y todos sus soldados.
Fue entonces cuando el miembro de la Junta Revolucionaria de Colón, Juan Antonio Henríquez, envió hacia Panamá un telegrama que decía así: "Sólo ahora, 7:30 p.m. puede decirse que la independencia de Panamá está asegurada".
Y como todo esto último sucedió el 5 de noviembre de 1903, ese día es el que conmemoramos hoy.
Si pensamos las horas de angustia y terror vividas en Colón, y el empeño puesto por panameños y norteamericanos en resolver la peligrosa situación, mientras en Panamá reinaba relativa tranquilidad, no podemos menos de exclamar: Recordemos a Colón no sólo hoy, sino por el resto del tiempo, y ayudémosle de verdad, que bastante él ha ayudado desde entonces al resto de la nación.
10 de noviembre El Grito de Independencia en la Villa de Los Santos.
Villa de Los Santos
En la ciudad de Los Santos, Noviembre diez (10) de mil ochocientos veinte y uno: El señor Don Julián Chávez, Alcalde constitucional Primer nombrado, Presidente de este muy Ilustre Ayuntamiento, hizo convocar a la mayor parte de su componentes y con los que suscriben; no habiendo podido asistir el resto por enfemedad y ausencia igualmente que el Cura Párroco, doctor José Moría Correoso y muchos vecinos, a quienes manifestó dicho señor Presidente el voto general del Pueblo, para separarse de la nación española, por motivos que eran bastante públicos, y que son tanto más opresores, cuanto que no pierden un momento de subyugar cada día más la libertad del hombre: Atentando cada español, por rídiculo que sea principalmente si tiene mando y es militar, hasta contra lo más sagrado, que se haya en todo ciudadano, que es su individuo:
Que por todo ello deseoso de vivir bajo el sistema Republicano, que sigue toda Colombia, anhelaba el mismo pueblo que esta Villa jurase la independencia del Gobierno Español, con otras muchas razones, que al efecto profirió dicho señor Presidente, las que oídas, tuvieron a bien discutir, procurando que ante todas las cosas se oficiase a los pueblos del Partido para conocer si se inclinaban o no a adoptar el sistema propuesto, pues de otra manera se podría decir con certeza era aventurar exponiéndose esta población sola a hacer frente, no solo a los referidos pueblos, sino también a la Capital, cuyo Jefe que es don José de Fábrega tomaría muchas providencias a fin de sujetar este paso y emplearía para ello todo cuanto tuviera a su alcance, como que tiene provistos sus almacenes de armamentos, municiones, de que esta Villa carecía; pues aunque aquí hay suficiente número de hombres, que es de lo que se carece en Panamá, y pueden defender tan justo intento, hay falta de provisiones bélicas de que allí se abunda, por lo que se tenía por arrojo no obstante que el patriotismo exigía un esfuerzo que acaso superaría a toda dificultad, que pudiere ofrecerse tomándose a otros medios para hacer sucumbir a los pueblos y a la capital.
En efecto, vistas todas las reflexiones que, se hicieron dándoseles soluciones a las que eran en contra, se determinó, según el voto general del pueblo, se procediese al juramento de independencia, como en efecto se hizo, habiéndolo prestado, ante todos, los individuos del ilustre Ayuntamiento cuyo acto se celebró con pausible gozo y una indecible conmoción del espíritu de cada uno del Pueblo, quien aclamó se titulase esta Villa "Libre Ciudad" con consideración a ser la primera en todo el Istmo, que había tenido la felicidad de proclamarse libre e independiente bajo el auspicio y garantía de Colombia: a cuya solicitud accedió gustosa esta Ilustre Corporación con respecto a ser un día de Gloria y de Merced.
También se hizo presente, por varios vecinos, que debía nombrarse un Comandante de Armas para la mejor dirección de las tropas con consideración al abandono con que se han tenido estas milicias por la dominación española, y de facto se siguió a sufragar para tal nombramiento, y resultó este en la persona de don Segundo Villarreal, vecino honrado de reconocida probidad, y quien otro tiempo ha sido Comandante accidental, a quien, estando presente, se le hizo saber la elección que aceptó de buena gana ofreciéndose al pueblo para cuanto estuviese en sus manos.
Vista del Museo de la Nacionalidad
Desde el campanario de la iglesia en Villa de Los Santos.
Acto continuo varios vecinos hicieron ver al Ilustre Ayuntamiento, que supuesta la elección de tal Comandante de Armas en el dicho don Segundo, igualmente que su aceptación, les parecía residían facultades en el Ilustre Ayuntamiento para darle un grado correspondiente a su patriotismo y superioridad en las armas, que juzgaban serían extensivo en todo el Partido siempre que éste se decidiese, como lo esperaban por la causa de la Libertad: Que en su virtud el grado de Coronel lo hará tan adecuado que no encontraban otro más al propósito para compensarle su heroísmo y su patriotismo, según había manifestado en el acto de juramento de independencia.
Y bien examinados los pormenores de esta Solicitud, se vió que era arreglada prestándose espontáneamente el Ilustre Cuerpo a conferirle, al referido don Segundo, el grado de Coronel como en efecto le confirió, ciertos los individuos que le componen de que esta gracia sería aprobada por el Excelentísimo señor Presidente de la República de Colombia, a quien se dará cuenta cuando sea tiempo. Con lo que y con encargársele por el Pueblo al Muy Ilustre Ayuntamiento hiciese las invitaciones necesarias, no solo a los pueblos del Partido, sino también a los Ayuntamientos de la Capital de Panamá, de la Provincia de Veraguas, y Alanje, Natá, etc., se concluye esta Acta, que firmaron los señores capitanes, ante mí, el infrascrito Secretario de que certifico.
Monumento a la libertad que simboliza a la Heroína Rufina Alfaro, parte fundamental
del movimiento que generò el primer Grito de Independencia de España,
llevado a cabo el 10 de Noviembre de 1821 en la Villa de Los Santos.
28 de noviembre de 1821
Primera Gesta de Independencia
Tres siglos transcurrieron entre la conquista y las inquietudes revolucionarias del siglo XIX, los hijos de españoles nacidos en el nuevo mundo, llamados "criollos" desvinculados de España; sentían correr por sus venas la sangre americana. Los principios de la nacionalidad florecieron y se despertó el viejo clamor independentista; el pensamiento revolucionario se difundió en la clandestinidad; el genio de Bolívar inspiraba el instinto separatista.
Se avecinaba un instante supremo en la vida del istmo, España, sucumbía ante las derrotas en el sur y se deshacía el imperio, la actividad económica disminuida, obligaron a los líderes criollos a tomar una decisión.
Ya los países todos de Sur y Centro América clamaban por días felices fuera de la órbita de los Borbones de España. La batalla de Boyacá, librada por los ejércitos mancomunados de Venezuela y la Nueva Granada, despertó bajo el mando del Libertador Simón Bolívar, los anhelos libertarios con más fuerza y persuación.
Bolívar tenía propósitos específicos para Panamá, aún a costa de nuevas escaramuzas bélicas, pero Bolívar desistió por el momento, por causas de fuerza mayor. Posteriormente designó al Vicepresidente General Francisco de Paula Santander para ese cometido.
Pero Dios es el supremo diseñador de los sucesos que conducen a los destinos de los pueblos; para resumir los episodios que condujeron a la gesta libertaria, veremos los siguiente: Siendo gobernador de Panamá el Brigadier Tomás de Cires, llegó a Panamá el nuevo Virrey designado Mariscal de Campo Juan de la Cruz Murgeon con fuerzas procedentes de Puerto Cabello, con designios además de fortalecer la guarnición del Istmo, de enviar tropas contra el ejército colombiano en Quito. Con fondos adquiridos a la mayor brevedad, inició Murgeon la expedición, que dejaba exhausta y disminuidas las tropas del Istmo.
El 28 de noviembre de 1821, luego de varias deserciones de soldados reales, se proclamó un cabildo abierto donde se declaró el Istmo libre e independiente de La Corona Española.
Se designa al frente del Gobierno de Castilla del Oro o tierra firme, el Coronel José de Fábrega; panameño de nacimiento quien al consumarse el movimiento separatista continua como jefe supremo del Istmo.
Antes, el 10 de noviembre 1821 un acuerdo popular separatista en el Cantón de Los Santos había secundado por las autoridades de Pesé y Natá de manera espontánea se independizaba. Siendo estas y otras circunstancias las que originaron la separación istmeña del yugo español.
Bolívar envió su célebre carta al Coronel José de Fábrega donde lo felicita y exhorta a seguir adelante. Inmediatamente los panameños nos unimos voluntariamente al sueño bolivariano llamado la Gran Colombia.
Acta de Independencia del Istmo de Panamá
En junta General de todas las Corporaciones Civiles, Militares y Eclesiásticas celebrada hoy 28 noviembre de 1821 a invitación del Excelentísimo Ayuntamiento después de las mas detenidas discusiones ante un numeroso pueblo y bajo el mayor orden y concordia, se convinieron y decretaron de común acuerdo lo siguiente:
1- Panamá espontáneamente y conforme al voto general de los pueblos de su comprehensión se declara libre é independiente del Gobierno Español;
2- El territorio de las provincias del Istmo pertenece al Estado Republicano de Colombia a cuyo Congreso irá a representarle su Diputado;
3- Los individuos de Propal que guarnecen esta plaza quedan en absoluta libertad de tomar el partido que les convenga; y en el caso de que quieran volver d España, se les prestarán todos los auxilios necesarios para su transporte a la Isla de Cuba, y guardándoseles los honores de la guerra seguirán a los pueblos de Chagres y Portobelo, luego que los Castillos esten en poder del nuevo Gobierno, obligándose a todos los Oficiales, Sargentos y Soldados bajo el juramento debido a seguir tranquilos, no hacer extorciones algunas ni tomar las armas contra los Estados Independientes de América durante la presente guerra.,
4- Los enfermos que se hallan en el Hospital serán asistidos por el Gobierno y luego que lleguen a restablecerse se Ies daran auxilios necesarios conforme al artículo tercero;
5- El Jefe Superior del Istmo se declara que lo es el Señor Don José de Fábrega, Coronel que fué de los Ejércitos EspañoIes quedando en el mismo pié en que actualmente se hallan todas las Corporaciones así Civiles como Eciesiásticas;
6- El Jefe Superior tomará las providencias económicas que sean necesarias para la conservación de la tranquilidad pública;
7- Las autoridades prestarán en el acto el juramento de la Independencia señalándose el Domingo próximo para hacer, su publicación con la solemnidad debida;
8- El Jefe Superior en unión de los Comandantes de los Cuerpos oficiaran al de las fortalezas de Chagres y destacamento de Portobelo para que el Oficial que presente las órdenes, se entreguen estos puntos a estilo militar;
9- El Istmo; por medio de sus representantes, formará Ios reglamentos económicos convenientes para su gobierno Interior, y en interino gobernarán las leyes vigentes en aquella parte que no diga contradicción con su actual estado;
10- Para los gastos indispensables el Jefe superior brindará un empréstito que se reconocerá como parte de la deuda pública;
11- La deuda pública que reconoce la Tesorería se pagará bajo los pactos estipulados en su principio;
12- Los precedentes artículos se imprimirán y circularán a los pueblos del Istmo para que cesen las desavenencias que los agitan, remitiendo los auxilios que necesita esta Capital, como lo tienen ofrecido para llevar a cabo tan gloriosa empresa.
José de Fábrega, José Higginio, Obispo de Panamá, Juan José Martínez, Dr Carlos de lcaza, Manuel José Calvo, Mariano de Arosmena, José Antonio Zerda, Juan de Herrera, Juan José Calvo, Narciso de Urriola, Remigio Lasio de la Vega, Manuel Arze, José de Alba, Gregorio Gómez, Manuel Marta de Ayala, Antonio Planas, Juan Pío Victorias, Luis Salvador Durán, José Marta Herrera, Antonio Bermejo, Dr. Manuel de Urriola, José Vallarino, Manuel José Hurtado, Manuel García de Paredes, Don Manuel José de Arze, José María Calvo, Antonio Escobar, Gaspar Arosemena, Victor Beltrán.
El 3 de noviembre se cumplen 109 años del aquel feliz día en que un grupo de panameños decidieron que nuestro país tomara sus propias riendas y comenzara a forjarse su propio destino y el de todos los panameños. A nombre de la Junta Directiva y de la Dirección General le extiendo a toda la gran familia aeronáutica, una invitación especial para festejar con fervor patriótico, con mucho amor y alegría estas fiestas y reafirmar de manera cívica, nuestra vocación de país libre, independiente, soberano y democrático, en honor a nuestros próceres y quienes continuaron su labor en estos años de República. Tenemos el compromiso de engrandecer esta Nación que nos cobija bajo una sola bandera, lo que nos impone el deber de construir una Patria Nueva pensando el bienestar colectivo con bases firmes para beneficio de las futuras generaciones. Aprovecho para compartir con ustedes la composición de Rafael Neira Ayala, "Panamá". "Panamá" Rafael Neira Ayala Venga el progreso y rasgue tu garganta, del orbe la más bella - ¡oh! suelo istmeño - Tierra donde Colón posó su planta, premio y cadena de su loco ensueño; Brazo que el rudo Atlante no quebranta aunque lo azote con tenaz empeño, perla que el mar Pacífico levanta cual regia joya de opulento dueño. Más no mueran tus sendas libertades ni sucumba tu pueblo! Por la torpe conquista del tirano; Antes de ser así, las tempestades te sepulten a un tiempo en el olvido de tu cuna y tu fosa: el océano! Tomás Paredes Director General.