El presidente vitalicio de La Prensa admitió ser el cabecilla de la propuesta que repartía el poder del país como una empresa privada. El plan establecía cinco años de gobierno para Juan Carlos Varela y otros cinco años más para Juan Carlos Navarro.
PANAMA AMERICA - La fallida propuesta de una candidatura única de oposición ideada por Ithiel Roberto Eisenmann, presidente vitalicio del opositor diario La Prensa, tenía elementos que transgredían la democracia del país a cambio de favorecer sus intereses personales.
Eisenmann admitió ser el padre de la propuesta planteada a los candidatos Juan Carlos Varela, del Panameñista, y a Juan Carlos Navarro, del mayor colectivo de oposición, el Partido Revolucionario Democrático (PRD).
El plan incluía el reparto del poder del país por la próxima década, con el objetivo único de sacar de competencia al partido oficialista Cambio Democrático y a su aliado el Molirena.
El empresario, que se autoproclama “independiente”, recomendó un pacto de alternancia entre ambos partidos. Sin embargo, agregó que había una traba “constitucional”, ya que Varela no podía volver a repetir como vicepresidente. De esta forma, dejó en claro su explícita intención de que todo el arco político opositor se aglutine detrás del candidato del panameñismo.
“Nosotros comenzamos el esfuerzo diseñando un documento que hacía un esfuerzo por una institucionalización nueva del país, de una especie de nueva República, vía una nueva Constitución; le metimos muchas ganas a ese documento, Mario Galindo, Alvin Weeden y yo”, admitió el empresario en declaraciones en la emisora Radio Panamá.
“Cuando se lo presentamos a cada uno de los candidatos, individualmente, a solas, ambos reaccionaron muy positivamente, entonces, eso nos alentó a pensar que a lo mejor había tiempo para una alianza”, indicó Eisenmann, y agregó que “con base en el entusiasmo que le vimos a ambos candidatos con respecto a lo que aparecía en el documento, a ambos les parecía que era perfectamente aceptable”.
“Pero el ambiente que hubo con el documento fue lo que nos llevó a pensar que la cosa tenía posibilidades”, reconoció el empresario.
Para algunos analistas, de concretarse la alianza se estaría violando la institucionalidad de los partidos políticos, porque se desatendería una decisión que tomó la mayoría de un colectivo político y que sería impuesta por gente que no forma parte de ellos, incluso, que se autoproclaman independientes.
Otro punto a descartar, según la fuente, sería la pérdida de dinero en unas elecciones primarias, cuyo financiamiento fue subsidiado por el Estado. Ello, sin contar el descontento que se generaría en las bases de los diferentes colectivos.
Eisenmann contó que no fue fácil sentar a la misma mesa a Varela y Navarro, “porque había mucha sospecha” mutua y remarcó que “los pactos nacionales se dan entre enemigos o adversarios, no se dan entre amigos”.
Tras un primer acercamiento positivo, el presidente vitalicio del opositor diario La Prensa confesó que todo su proyecto de poder naufragó en la segunda reunión: “Se desbarató”, señaló.
En falsa retrospectiva tras su rotunda derrota, maquilló su fracaso aduciendo que “obviamente, ahora mirando hacia atrás, pues uno puede decir que las condiciones no estaban dadas”.
Ante estas contundentes declaraciones, al margen de la legislación electoral, los magistrados del Tribunal Electoral han decidido guardar silencio en una historia donde hubo presión a cambio de dinero y el poder mediático de un medio escrito.
Eisenmann también habría logrado sumar a su esfuerzo por bajar a Navarro para favorecer a Varela al empresario Stanley Motta, uno de los hombres más ricos del país y quien también controla a uno de los grupos de accionistas importantes del opositor diario La Prensa.
Sin embargo, ayer Motta tomó distancia de Eisenmann, poco antes que Navarro saliera a confirmar el fracaso de una posible alianza opositora.
Eisenmann actualmente enfrenta un proceso por supuesta evasión fiscal de unos 3 millones de dólares y, además, la Autoridad de Turismo de Panamá le suspendió el registro nacional de turismo, tras encontrar supuesta documentación falsa para recibir subsidios del Estado a través de una finca en Coronado que no le pertenece.
Tras ello, Eisenmann se autodecretó enemigo de la administración de Ricardo Martinelli.