En febrero de 1984, Noriega sustituyó a De la Espriella por Jorge Illueca y se comenzó en firme a organizar el torneo electoral. El candidato oficial postulado por el PRD era paradójicamente un hombre sin afiliación política. Pero se trataba de un ex colaborador de Torrijos y un hombre agradable a los ojos de Washington. Nicolás Ardito Barletta fue traído desde su Oficina del Banco Mundial para ocupar la presidencia de la República. Sus vicepresidentes fueron el empresario Eric Arturo Delvalle y el doctor Roderick Esquivel. La Alianza Democrática de Oposición ADO, candidatizó al octogenario caudillo Arnulfo Arias y como vicepresidentes al banquero Carlos Rodríguez y al líder demócrata cristiano Ricardo Arias Calderón.
Las elecciones se realizaron el 6 de mayo y pese a las irregularidades que llevaron a la Junta de Escrutinios a declararse impedida para continuar con el conteo de votos, once días más tarde el Tribunal Electoral proclamó ganador al candidato del PRD. Los 1.713 votos que habían transformado a Ardito Barletta después de más de diez días de conteo en Presidente de Panamá, dejaron más que insatisfecha a la oposición. El Presidente del Tribunal Electoral César Quintero declaró que había habido “un pequeño fraude”.
Según relató el ex magistrado del Tribunal Electoral César Quintero (q.e.p.d.), la Junta Nacional de Escrutinio (que integraban políticos de ambos bandos) no se puso de acuerdo. Aparentemente, cada uno tenía su propio conteo de votos. Sin embargo, aunque las elecciones de 1984 fueron reñidas, ‘‘Arnulfo las ganó por unos 2 mil votos’’, aseguró el ex magistrado.
Pero el resultado oficial fue otro: Arias Madrid se tuvo que despedir de la Presidencia, pues la victoria le fue reconocida a Nicolás Ardito Barletta por mil 713 votos. Desde entonces, el presidente –y luego ex presidente– fue conocido también como Nicolás fraudito Barletta.
El fraude, según el desaparecido magistrado, fue fraguado enviando a “el bachiller [Carlos] De Sedas y a Menalco Solís a los circuitos indígenas de Chiriquí”.
‘‘Yo salvé mi voto de reconocimiento [a la victoria del candidato oficialista], a pesar de que sabía que Barletta estaba en mejor condición que Arnulfo para hacer un gobierno de transición’’. Aun así, Arias Madrid había ganado, dijo en su momento Quintero.
Por su parte, los Estados Unidos permanecieron impasibles, Pese a que Reagan le había hecho saber sutilmente a los militares que debían respetar el resultado de las elecciones, y que el Secretario Adjunto Motley declaró que su país estaría muy preocupado si se trastocaba el proceso democrático en Panamá, lo cierto es que Washington reconoció sin contratiempos a Ardito Barletta. Aunque la oposición se lanzó a las calles y el Secretario de Estado George Schultz que llegó a Panamá para la toma de posesión del nuevo Presidente, fue testigo de ello, el gobierno de Reagan no se pronunció en contra del anómalo estado de cosas impuesto.
Una vez en el poder Ardito Barletta encontró una situación económico-fiscal y financiera desastrosa que intentó corregir mediante la adopción de una serie de medidas a las que llamó “ajustes estructurales” y que contemplaban sobre todo el aumento de la carga impositiva. El plan recibió el rechazo popular y se creó la Coordinadora Civil Nacionalista (COCINA), integrada por médicos, profesionales, educadores y estudiantes que se propuso como meta la derogación de la ley y el adecentamiento del sector público. Ello obligó al Presidente a reconsiderar su propuesta.
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