Los resultados de dos encuestas de opinión corroboran la primacía de José Domingo Arias entre los candidatos a la presidencia. La circunstancia significativa de que las encuestas fueron realizadas por empresas independientes contratadas por medios caracterizados por la oposición al gobierno demuestran que los sondeos no tienen conexiones con favoritismos prefabricados, y reflejan opiniones representativas de diversos sectores económicos, sociales, urbanos, rurales que evalúan a los candidatos en función de sus programas de gobierno.
Los expertos en encuestas internacionales conceptúan que un candidato que marcha a la cabeza durante más de seis meses construye una tendencia que se sostendrá hasta la fecha de las elecciones. El hecho es que el candidato de Cambio Democrático y MOLIRENA ocupa el primer lugar de las encuestas desde mayo de 2013. Faltando tres meses para los comicios de mayo es prácticamente difícil que varíe la tendencia electoral favorable a José Domingo Arias.
Las evaluaciones mensuales de los candidatos presidenciales apoyan a un postulante sobrio y eminentemente racional con pies en la tierra que no insulta a sus rivales, que no incurre en propuestas utópicas que persiguen ganar al electorado con castillos en el aire. Arias expone planes que se asientan en la solidez de la continuidad del programa de gobierno realizado por el régimen, con innovaciones como la Ciudad de la Mujer, becas a estudiantes universitarios, la repotenciación de la descentralización económica. En otras palabras, enuncia el programa de Cambio Democrático no como un chispazo de creación individualista, sino como el fruto integral de estudios sistemáticos de expertos de áreas.
Cuando la gente escucha las propuestas sensatas de José D. Arias, se aprecia la diferencia de la coherencia realista de sus formulaciones de las de otros candidatos que creen que podrían mejorar su opaco lugar en los sondeos, ofreciendo control de precios de artículos de primera necesidad, sin tener la honestidad de aclarar que los controles crean instantáneamente mercados negros, escasez, corrupción en todos los lugares del mundo donde han fracasado y siguen fracasando. O las cuñas de otros postulantes que por su caída en las encuestas, prometen aplicar drásticas medidas como cadena perpetua que riñe con los derechos humanos.
Cambio Democrático ha introducido la planificación de las obras de desarrollo dentro de la concepción de políticas de Estado. Se han reemplazado los planes cortoplacistas concebidos al caprichoso interés de las oligarquías partidarias con una meditada planificación a largo plazo de obras concertadas de infraestructura vial, transporte multimodal, alternativas energéticas, sistemas de comunicación, descentralización y autonomía económica y administrativa, en un contexto de profundización de cambios estructurales.
El mensaje político de José D. Arias no es simple continuismo. Es un plan de largo alcance para la transformación de Panamá. Los electores comprenden que otros candidatos socavados por un fraccionalismo irremediable, solo pueden prometer cosas por breve tiempo para pequeños espacios territoriales. Pero la lucha contra viento y marea, por ejemplo, para dotar de médicos especialistas a las comarcas indígenas pertenece al pasado que modificó Ricardo Martinelli y seguirá transformando José Domingo Arias.
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