El impuesto del licor, recientemente aprobado por la Asamblea de Diputados, como iniciativa de un diputado de oposición, es un importante paso en la reafirmación del derecho a la vida de las personas con necesidades especiales y sus familiares, algo que ningún gobierno había tomado en cuenta nunca antes en la historia del país.
Sin embargo, los medios de prensa han intentado esconder su oposición a la nueva norma, utilizando argumentos políticos para proteger al más afectado por la medida, uno de los dueños de televisoras quien, a su vez, es el mayor distribuidor de licores finos.
Mientras las corporaciones informativas le hacían el trabajo, este personaje aparecía en uno de los gremios empresariales dictando pautas de ética, mientras en la Asamblea sus dos partido, el Panameñista y el Revolucionario Democrático (PRD), hacían hasta lo imposible para oponerse a la aprobación de la ley.
Los medios de comunicación del poder económico intentaron confundir a la opinión pública, a través de una campaña que coloca al consumo de licor por encima de la causa a favor de las personas con necesidades especiales.
Pero lo más vergonzoso es ver al bipartidismo combatir una causa noble, como el Ángel Guardián, para favorecer al hombre más poderos de Panamá, dueño de empresas, partidos políticos, cuya dictadura lleva ya 22 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario