PANAMA AMERICA - La loable decisión personal de separarse del Despacho de la Primera Dama de la República ejemplifica el gesto de doña Marta Linares de Martinelli para distinguir su posición política de candidata a la vicepresidencia de Cambio Democrático, sin atisbos de cualquier forma de apoyo de orden administrativo estatal. Su gesto no es otra cosa que la ratificación de la trayectoria de una ilustre panameña originaria de un respetable núcleo familiar de altos valores y grandes principios que contribuyó siempre a la edificación de la democracia y de protección de la niñez panameña en situación económica vulnerable.
Recibió una herencia familiar de servicio social que mucho antes de acompañar a su esposo en las lides políticas ha enriquecido mucho más con una vocación de ayuda a los desvalidos, que concita agradecimiento y admiración de muchos hogares panameños.
En la enseñanza primaria reveló su interés temprano por la educación y la salud de los niños. Cuando efectuó estudios universitarios en Saint Mary of the Woods de Estados Unidos fortaleció su convicción de coadyuvar en la atención de niños y adolescentes de familias marginales, aguardando la oportunidad de realizar en Panamá sus sueños y aspiraciones. La ocasión se presentó cuando ejerció la presidencia de la Fundación Ricardo Martinelli, creada por su esposo en 2004 para cumplir la misión de ayudar a la educación panameña.
Como primera dama llevó su vocación de servicio social a un grado de maximización. Deja en el Despacho una estela de logros alcanzados por múltiples programas que impulsó y ejecutó con su sensibilidad de promotora y facilitadora de salud y educación, particularmente en el desarrollo infantil temprano.
Un apretado resumen de los programas del Despacho de la Primera Dama propicia destacar, entre otras acciones, el fortalecimiento de la situación de la mujer rural mediante microcréditos y donaciones de máquinas de coser en Bocas del Toro, Chiriquí, Veraguas, Herrera, Los Santos, comarcas indígenas, Panamá Oeste.
A través de los programas de huertos escolares, familiares y comunitarios, el Despacho se agitó intensamente en ayudar a que, con sus propias manos, los moradores de las regiones apartadas mejoraran los niveles de pobreza y la desnutrición de los niños.
Trabajó en la erradicación del trabajo infantil y la protección de trabajadores adolescentes. Sobresalen programas como Sonrisa de Mujer, clínica móvil Amor sobre Ruedas, el primer centro de rehabilitación facial de San Miguelito, inaugurado por el Despacho en 2011; la modernización y refacción del Parque Recreativo Cultural Omar; la renovación de los programas de la Cinta Rosada y Azul, Operación Walk y otros más.
Su aceptación de la candidatura a la vicepresidencia por Cambio Democrático pone de manifiesto su voluntad de continuar trabajando por el mejoramiento de la calidad de vida de los panameños. Los miembros de las comunidades campesinas, los padres de los niños desnutridos, los panameños de humilde condición económica conocen que Marta Linares de Martinelli proseguirá laborando por ellos sin pausa y sin tregua, sin frivolidades de figuración política y sin improvisaciones ajenas a su personalidad. Su candidatura responde a una vocación social que los votantes sabrán aquilatar.
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