La presión de grupos económicos poderosos para eliminar candidatos presidenciales representa una grave violación del sistema democrático. Está en marcha la negociación de una alianza de última hora para reemplazar a los candidatos nominados democráticamente.
Las informaciones periodísticas identifican a los empresarios Roberto Eisenmann y Stanley Motta como los protagonistas de la negociación de una alianza entre el Partido Revolucionario Democrático (PRD) y el panameñismo para destituir a Juan Carlos Navarro, electo en elecciones primarias, para privilegiar como candidato único de la oposición a Juan Carlos Varela.
El consentimiento de Varela a la paravención antidemocrática de Eisenmann y Motta, según denuncia periodística de Mello Alfredo Alemán, lo coloca en el mismo nivel de complicidad política de los protagonistas de la conjura contra el sistema de elecciones primarias.
La participación de Eisenmann y Motta para imponer a Varela representa un retorno a las prácticas oligárquicas en las que se impusieron presidentes con la fuerza avasalladora del dinero. Ya está detectada la alianza entre La Prensa y el Canal 2 para propagar injurias y calumnias contra el presidente Ricardo Martinelli y silenciar desmentidos a sus mentiras, tratando de embarrar, al mismo tiempo, al candidato de Cambio Democrático y Molirena. Sin embargo, las presiones económicas para trabar una alianza que escarnece al sistema democrático de elecciones paranas constituye una grave transgresión dedicada a torcer la voluntad de las bases del PRD.
Con la arrogancia del dinero persiguen suplantar en unas horas el complot engendrado en sus oficinas para convertir en papel quemado la jerarquía del Directorio Nacional del PRD y otras instituciones partidarias. Es obligación insoslayable del PRD pronunciarse en forma pública ante esta conspiración antidemocrática.
Las alianzas entre partidos están contempladas en el Código Electoral, siempre y cuando se lleven a cabo con negociaciones abiertas concretadas en fechas específicas que tengan los avales de las respectivas membresías en congresos extraordinarios. Pero lo que no está permitido por la ley y la ética es que empresarios ajenos a los partidos se confabulen para armar y desarmar alianzas concebidas para el beneficio económico de ellos mismos.
Han usado como caballito de batalla impedir que el CD gane las elecciones. En realidad, solo buscan invertir en la campaña de Varela para seguir evadiendo el pago de impuestos y ampliar el dominio económico bajo condiciones predeterminadas. Según informaciones confiables, Eisenmann pidió a Motta que suspendiera el apoyo a Navarro para concentrar la inversión en Varela.
La injerencia de los empresarios se ampara en deducciones improvisadas. Por un lado, la aritmética pura no suma, sino que puede ser resta en la aritmética electoral contra natura, porque la expresidenta Mireya Moscoso argumenta que el panameñismo no puede ir en alianza con un partido que nació en una dictadura. Nadie puede garantizar la victoria de una alianza tejida por la oposición cuando todas las encuestas señalan a José Domingo Arias como el preferido de los electores. Después del destape de la alianza procreada a espaldas de los militantes se advertirá la derrota de estos millonarios.
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