sábado, 1 de junio de 2013

¿Y tú con cuál Panamá estás?: Daniel Rivera


Ante los hechos acontecidos en nuestra política criolla que tienen como protagonista una vez más a Roberto Velásquez Abood, donde se le atribuye la supuesta conversación de mandar a “quebrar” a un copartidario que junto a él, hasta la tarde de este martes 28 de mayo, competía por alcanzar la candidatura para la Alcaldía del distrito capital, surgen dudas sobre el escenario que nos están planteando algunas figuras del Partido Revolucionario Democrático (PRD).

Las señales que de este colectivo salen son una clara muestra de que les resulta muy difícil desprenderse de esa investidura varillera que mantuvieron durante los últimos años de la década de 1980, época en que muchos de ellos que hoy viven en democracia se ensañaban contra un pueblo armado de pañuelos blancos, pitos y pailas pidiendo justicia y libertad.

Sin ser abogado, no cabe duda de que aquí se ha cometido apología del delito, asociación ilícita para delinquir e incluso se premeditó atentar contra la vida de una persona, por “vacilón” o no, palabras textuales del señor Roberto Velásquez, hijo. Siento que el Ministerio Público debe iniciar una investigación de oficio, independientemente de lo que haga la Fiscalía Electoral, porque más que un posible delito político, estamos frente a un hecho a todas luces criminal; porque la violencia es violencia venga de donde venga.

Es por eso pregunto: ¿Y tú con cuál Panamá estás?, y sin temor a equivocarme, la mayoría de la población está con ese Panamá decente, amante de la paz, democrático, donde se respeta la libertad de pensamiento y se rechazan los hechos de violencia y más cuando se trata de violencia dentro de las campañas políticas. El señor Velásquez, que parece no haber aprendido la lección vivida en la campaña política de 2009, donde fue señalado por recibir supuesto apoyo de dineros turbios, debió haber hecho una campaña de más altura, si es que la voz que se escucha en la conversación es la de él.

Pero en medio de todo esto, la gran interrogante que surge es: ¿dónde ha quedado el Pacto Ético Electoral firmado con tanta vehemencia por los representantes legales de este partido y que juraron rasgarse las vestiduras para que el mismo se cumpliera? Razón tenían quienes no rubricaron dicho documento, pues los más rápidos en firmarlo al final han sido los primeros en tirarlo al basurero. Recordemos primero el caso de la famosa carta entre los miembros del Partido Popular y los del PRD, donde se hacían supuestas peticiones a cambio de formalizar una alianza electoral, y ahora este escándalo que a todas luces traiciona la confianza no solo de la membresía de dicho partido sino de toda la ciudadanía.

Insisto en el hecho de que porque Bobby Velásquez haya declinado a la candidatura por la Alcaldía capital no debe quedar ahí; insto a las entidades judiciales a que inicien una investigación de oficio, porque lo difundido por los medios de comunicación social era una clara amenaza contra la integridad física de un ser humano. Es más, de ser ciertos estos señalamientos, no cabe duda de que este señor ha traicionado no solo a su partido, sino también ha vulnerado el juramento hipocrático que hizo cuando se recibió como médico, donde se comprometía a preservar la vida de todo ser humano sin importar credo, religión o ideas políticas, pero lejos de ese apostolado, aquí hay alevosía y premeditación. Eso no debe quedar en una simple declinación, no debe bastar para que dentro de cinco años vuelva a presentarse como candidato; no quiero pensar de lo que sería capaz la persona que actúa de esa forma por el simple hecho de que sus aspiraciones no son correspondidas por el electorado.

Nunca debemos dar cabida a que las prácticas violentas en campañas políticas que han empañado torneos electorales en países como México o Colombia, por citar algunos, donde la violencia ha cobrado la vida de candidatos, se introduzcan en nuestro medio y menos en nuestra sociedad noble, decente y enemiga de situaciones que alteren el desarrollo y crecimiento de nuestro país, el cual entre todos hemos ayudado a levantar y modernizar, poniéndola en el radar de todo el continente.


Hago un llamado a que todos estos hechos sean denunciados con el fin de desenmascarar a esos políticos que se disfrazan para llegar al poder y una vez ostentan este, dan rienda suelta a sus más insanos apetitos. Por eso reitero, ¿y tú con cuál Panamá estás?, ¿estás con ese Panamá violento y sangriento que unos pocos quiere que impere? ¿o estás con el Panamá decente, honesto, correcto, serio, respetable, democrático, libre y trabajador que todos deseamos? Estoy seguro de que el 99.9% está con este último.

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