
En las elecciones de 1989 tomaron por asalto la representatividad del partido arnulfista. Consiguieron que el Tribunal Electoral validara un arnulfismo apócrifo, nada menos que al servicio de los intereses políticos del PRD. La jugada era que compitiera el candidato oficial del PRD contra un partido aliado disfrazado de partido de oposición. Como se recuerda, Guillermo Endara tuvo necesidad de presentarse como candidato de la democracia cristiana para poder competir en las elecciones que como las ganó, las anularon descaradamente.
Las elecciones primarias estuvieron plagadas de compras de votos, descalificación de rivales con pinchazos telefónicos, amenazas de violencia, fraudes electorales, y un repertorio nutrido de campañas sucias made in PRD. Sin embargo, siguen levantando voces estridentes de denuncias externas con el propósito de esconder las prácticas internas de ilegalidades.
Haciendo honor a sus antecedentes están llevando una campaña de injurias y calumnias, huérfana de proyectos, carente de un discurso coherente. No han cambiado ni han aprendido los alcances de lo que significa una auténtica renovación ideológica y partidaria. La orfandad de proyectos no es otra cosa que el reflejo de la indigencia creativa que antes se puso de manifiesto en la administración municipal. ¿Dónde están las obras? ¿Qué se hizo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario