Fue poco tiempo, pero le sirvió para crecer como pueblo y convertirse en capital de la provincia de Coclé en 1886.
Sin embargo, Penonomé llevaba décadas apagándose en los márgenes de la carretera Interamericana, bajo la sombra de la boyante Aguadulce.
Eso hasta ahora, ya que la ciudad se ha convertido en un foco de atracción para inversionistas, turistas y multinacionales que están dejando una lluvia de dólares entre sus habitantes.
Además de su excelente ubicación, en el centro del país, hay tres sectores que desde hace dos años impulsan la economía: turismo, minería y construcción.
La cercanía de las playas genera movimiento de turistas por sus calles y comercios; las dos minas instaladas en la zona (Petaquilla y Minera Panamá) han desplazado a la zona a miles de trabajadores, la mayoría con altos salarios, que duermen, comen, compran y se divierten en Penonomé; y la construcción residencial y de centros comerciales hace que encontrar un albañil o un plomero sea prácticamente una misión imposible.
Alrededor de estos sectores los negocios surgen en cualquier esquina. Cerca de mil empresas nuevas se crearon en 2012 en Penonomé, según datos del Ministerio de Comercio e Industrias.
Un paseo por la ciudad es suficiente para ver que, además, la mayoría de estos negocios son rentables en un tiempo récord.
Éxito rápido
Es el caso de Euclides Hernández, un joven penonomeño que empezó a fabricar arepas en la parte trasera de su casa hace seis meses. El negocio se inició con una inversión de 20 dólares, hoy lleva ya 17 mil invertidos.
Hernández vio en los empleados de Minera Panamá un público potencial, y actualmente la multinacional es el principal cliente de Mr. Arepa. “Al cierre de 2012, la mina me estaba pidiendo cuatro mil o cinco mil arepas semanales”, dice.
“Cuando empezamos me preguntaron si podía montar una planta con ciertas características, y me dije, vamos a montarla”, cuenta este empresario, que decidió ir a formarse a Medellín (Colombia) y comprar la maquinaria necesaria para poder llegar a producir a corto plazo hasta cinco mil arepas diarias. Su negocio va tan bien que en 2013 ya tiene marcadas nuevas metas: comprar un camión refrigerado, construir un cuarto frío y montar unas oficinas en su propia casa.
La llegada de turistas y trabajadores de alto poder adquisitivo ha hecho que proliferen los centros comerciales. Iguana Mall ha sido el último en inaugurarse y ya hay otro previsto.
“Tenía noticias de que el pueblo estaba creciendo y había que apostar. Lo importante es llegar el primero”, afirma.
Más visionaria aún fue Elisabeth Ortega, dueña del salón de belleza Liza. “Cuando llegué, hace cinco años, pensé que más adelante la ciudad podía progresar, y así ha sido. Me ha ido tan bien que he tenido que agrandar el negocio y ya me estoy planteando otra ampliación”, dice.
La clientela de Elisabeth ha pasado de ser mayoritariamente local a gente de otras provincias y extranjeros. Esta empresaria anima a cualquier persona formada a buscar trabajo en Penonomé ya que “si viene preparado seguro que encuentra empleo y con mejores condiciones que en Panamá”. Sin embargo, defiende a los trabajadores locales: “hay que formarlos, pero están bien dispuestos a trabajar”, dice.
El motor es la construcción
Este sector es uno de los generadores de crecimiento en la zona. Del boom de obra civil y residencial se ha beneficiado Yeison López, gerente general de GeoPanamá, una empresa especializada en topografía. En solo cinco años, la empresa que dirige ha pasado de contar con cuatro trabajadores a más de 200.
“Apostamos por Penonomé y hemos ganado”, dice López, satisfecho “y con perspectivas de seguir invirtiendo y creciendo”.
“GeoPanamá nació aquí —continúa— y hemos recibido un apoyo inmenso de la población, de hecho del 80% al 85% de nuestros trabajadores son coclesanos, por eso queremos seguir aquí”.
Optimista pero más cauteloso es Antonio González, veterano empresario de Penonomé que tras 36 años al frente del hotel Dos Continentes. Asegura que “en todos estos años este es el crecimiento más grande que he visto, es un boom, aunque tengo miedo de que se desinfle tan rápido como ha crecido”.
A él el crecimiento le ha ido muy bien, “ahora en lugar de alquilar las habitaciones en época de Carnaval, lo hago por largas temporadas a trabajadores de la minera, que pagan seis meses por adelantado”, asegura.
María Luisa Dutary, también regenta un hotel, La Pradera. Ella lleva ya 11 años al frente, pero desde hace tres “ el cliente ha cambiado. Antes éramos un hotel de carretera, ahora hay extranjeros que vienen de turismo, y otros muchos por trabajo, la mayoría para la minera o para subsidiarias, con estancias largas, meses incluso”, dice.
Uno de los “culpables” del despegue económico de Penonomé es la empresa Unión Eólica Panameña. Ellos son los responsables del parque eólico que en un año estará generando electricidad para 500 mil personas.
Además de una energía limpia, su director general, Rafael Pérez-Pire, enumera los beneficios para la zona: licencias e impuestos que van a las arcas municipales; alquiler de los terrenos donde van instalados los molinos “aproximadamente un millón de dólares anual”; destinar el 10% de los ingresos de la venta de los bonos de carbono en beneficio de la comunidad (a partir de 2015) ; o la construcción de un Centro Nutricional con un presupuesto de 700 mil dólares.
Una de las personas que más directamente ha vivido este auge es Paula González, la notaria de Penonomé. El número de documentos que pasa por sus manos se ha multiplicado por tres desde que llegó al cargo en 2009. “Lo que más ha crecido es vivienda. En 2010 eran las llamadas de interés social, en 2011-2012, ya eran de ingresos superiores, de 56 mil a 66 mil dólares, y ahora estamos viendo nuevas barriadas de 100 mil a 150 mil, lo que quiere decir que ha aumentado el número y la calidad de la vivienda”, dice.
El incremento de población ha hecho que los precios se disparen. Hace apenas un año se podía alquilar una vivienda de barriada por 150 dólares, hoy el precio está en 500 o 600, y puede llegar hasta los mil 500.
Otro hecho interesante es la proliferación de distribuidores de vehículos. Recientemente Ricardo Pérez ha abierto un establecimiento; Hyundai cuenta con un vendedor y Nissan hace ferias regularmente. “Si se han instalado aquí es porque han visto lo que todos estamos viendo”, dice González.
La verdad esto es sorprendente me alegra que el crecimiento del país no se esté dando solo en la urbe capital por sus varios mega proyectos o solo en temas como el Canal. Anima ilustrarse y saber que nuestras provincias crecen y su gente es beneficiada con ello.
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