El viaje del presidente Ricardo Martinelli a Alemania es una consecuencia del elevado prestigio internacional de nuestro país derivado a su vez del alto y sostenido crecimiento económico y de las políticas anticíclicas sobre la base de las inversiones públicas y privadas.
Esto le ha otorgado al país un atractivo especial para convertirse en un centro o punto de distribución o tráfico de mercancías y personas, además de una plataforma logística para el desarrollo del comercio alemán en América Latina.
Además, el canciller del país europeo, Ángela Merkel, expresó su interés por desarrollar proyectos de infraestructura, aviación comercial, educación, energías renovables y, en especial, actividad portuaria.
Los viajes al extranjero del presidente Martinelli son los de un estadista que más que pensar en las próximas elecciones, busca dejar al próximo gobierno, no importa el partido que lo encabece, las garantías de la presencia de la inversión internacional.
Sin embargo, la pequeñez de los opositores y los medios aliados del poder económico destacan con malsano sensacionalismo y fuera de contexto la posible circulación del euro en nuestro país.
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