LA OPINION PANAMA - POLÍTICA | SEPTIEMBRE 1, 2012
La llegada de Juan Carlos Navarro a la secretaría general del Partido Revolucionario Democrático (PRD), ha sido vista como una posibilidad de que el colectivo seguirá una ruta distinta y se presentará como una nueva opción en la cartelera electoral de 2014.
Sin embargo, se perciben síntomas de decepción a lo interno del PRD y en las esferas políticas externas porque, de la misma forma que las bases del partido opositor repudian a Mitchel Doens, igualmente han comenzado a sentir lo mismo contra Juan Carlos Varela, Mariano Mena y su inflado Frente por la Democracia a los que se ha acercado Navarro.
En la primera parte de este análisis dijimos que el proyecto Doens-Varela, denominado Alianza Nacional reúne una serie de factores como nexos familiares y clase social, conjugados para defender al bipartidismo, el mantenimiento de las estructuras de la dictadura, entre la Constitución de esa época y la alternabilidad en el poder.
También señalamos que el Frente por la Democracia es la máscara de todas estas fuerzas unidas bajo la coordinación de Mariano Mena, un dirigente gris y demócrata cristiano, que será utilizado para protagonizar las luchas callejeras y el movimiento de las bases.
El primer objetivo de este grupo es impedir que se modifique el Código Electoral, cambiar las normas existentes para permitir la continuidad del intercambio del poder y por eso han sido sus reducidas manifestaciones en la Asamblea Nacional.
Ahora bien, todo el mundo esperaba una más firme postura de Juan Carlos Navarro y no que se doblegara ante Doens, a quien visitó como su primera acción política tras lograr la máxima dirigencia de su partido, así como también al dirigente sindical Mariano Mena y su Frente.
Tal vez debemos entender que han sido movimientos tácticos para evitar la división del partido, pero la fórmula parece estar resultándole a Doens porque puede chantajear y canalizar sus intereses hacia Juan Carlos Varela.
Navarro tiene un serio problema que deberá enfrentar con valentía, porque es innegable que una fracción del PRD, entre ellos los llamados “hijos del proceso” o la tendencia, así como los expresidentes de la república, Balbina Herrera y otras fuerzas no lo apoyarán porque creen que Varela los favorecerá, de llegar al poder, para recuperar sus prebendas y controlar la organización política.
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