La asociación bancaria de Panamá, consciente de la relevancia de su centro financiero, abrió el XVI Congreso Hemisférico contra el lavado de dinero, que analiza las distintas regulaciones internacionales.
“Si vemos el ciclo de la actividad ilícita y nos concentramos en el narcotráfico, vemos que la droga viene de América del Sur y pasa por Panamá, Costra Rica, Nicaragua y México, país donde se encuentran los canales de distribución hacia los países consumidores”, afirma el presidente del comité organizador, Julio Aguirre, en conversación con DW.
Representantes de bancos, cooperativas, intermediarios financieros y gestores de la zona de libre comercio de Panamá, importante centro de acopio y redistribución de mercancías a nivel continental, se han dado cita en Ciudad de Panamá para participar en el XVI Congreso Hemisférico contra el lavado de dinero y el combate al financiamiento del terrorismo. También han acudido expositores y funcionarios de Estados Unidos, Colombia, Chile, Guatemala, México, Argentina, Perú y Venezuela.
Aguirre destaca que Panamá es codiciado por grupos criminales que quieren utilizar su infraestructura bancaria para el lavado de dinero. “La forma como regresa el dinero de los países consumidores es lo que a Panamá le afecta mucho. Porque como centro financiero nos convertimos en receptores de dinero en efectivo, transferencias o incluso a través de la actividad comercial”, afirma.
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