Los magistrados del Tribunal Electoral han tratado de evitar cualquier responsabilidad sobre los acontecimientos del pasado domingo en el Congreso Nacional del Partido Revolucionario Democrático (PRD).
En sus comunicados solo han admitido que se trataba de un plan piloto y que no necesariamente se utilizaría en las elecciones generales de 2014. El experimento del Tribunal Electoral fracasó y lo hizo de una forma escandalosa, pero los tres magistrados de esta institución no han querido hablar del tema a profundidad.
Su imagen ante la opinión pública sufrió un duro golpe y ellos lo saben, por lo que a lo interno comenzaron a rodar cabezas. Las “renuncias” de los dos principales técnicos de informática de esa institución demuestra que el error fue grave y que no era tan solo una prueba donde existía margen de tolerancia.
Los dos funcionarios pagaron los platos rotos de un problema en el que los panameños exigían una explicación más sensata.
Las dos “renuncias”, que según fuentes del TE fueron solicitadas, no son suficientes para castigar una situación grave.
No se puede perder de vista que el PRD es el principal partido opositor del país y que ese día los ánimos estaban caldeados. Es entendible que los perredistas y muchos otros sectores políticos sientan desconfianza de los resultados, tomando en consideración todos los problemas que se registraron.
Los sistemas informáticos son vulnerables, y si existen dudas sobre su implementación, es mejor no utilizarlos. Aunque intenten minimizar la situación que se reportó el pasado domingo, quedó en evidencia que no están preparados para dar un paso tan importante como este. Es aquí donde tienen que dar la cara los magistrados.
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