El vocero presidencial, Luis Eduardo Camacho, explicó en el ámbito internacional que la legalidad cedió ante la política para evitar cualquier situación que pudiera terminar en luto para la familia panameña.
La posición de Camacho estuvo a la altura de las circunstancias, respetando a la oposición sin entrar en debates estériles, porque la ciudadanía es consciente que la actuación del Partido Revolucionario Democrático (PRD) en la Asamblea Nacional es similar a la utilizada por los “batallones de la dignidad” que atemorizaron a la población durante la época de la dictadura de Noriega.
Nuestra oposición
La prensa internacional ha buscado la realidad objetiva y destacaron que, muy por el contrario a lo que piensa la oposición, el daño no se lo están haciendo a Ricardo Martinelli sino a Panamá.
Para nadie es un secreto que las presiones ejercidas por el PRD, más que responder al interés nacional, pretende debilitar al ejecutivo para evitar que sus principales líderes sean procesados por corrupción. Tras la invasión, este partido ha desarrollado la misma táctica, creando un sistema de impunidad que todavía existe.
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