LOP - El magistrado
presidente del Tribunal Electoral, Erasmo Pinilla, dirige los planes del poder
económico para borrar del escenario político al mandatario Ricardo Martinelli,
porque es innegable su legado de obras, programas sociales y reformas
tributarias que dieron sus frutos y fomentaron el incremento del tesoro
nacional.
Las argucias de
Pinilla en el caso del corregimiento de El Bebedero de Tonosí para anular las
elecciones para escoger a su representante, con el argumento de que se
utilizaron recursos del Estado, fueron rechazadas por la Corte Suprema de
Justicia, cuyo fallo no consideró que había delito electoral.
Era ese, precisamente,
el argumento sería utilizado en las elecciones generales, en caso de haber
ganado el oficialismo. En el caso de las partidas circuitales, es curioso que
uno de los demandantes sea perredista Ovidio Díaz hijo, quien al igual que su
padre desde 1966, utilizó estos recursos para desarrollar una política de
clientelismo que puso en práctica la dictadura militar y, posteriormente, la
democracia, a partir de 1989.
Cada día queda
evidenciado que los panameños concurrimos a las urnas, bajo las premisas
establecidas en el libreto de la dictadura mediática y sus dos partidos
tradicionales, que tienen como objetivo la recuperación del dominio del Estado,
para seguir enriqueciendo a sus principales representantes a costa del tráfico
de influencias entre los individuos más ricos de la región.
El pecado de la
administración Martinelli fue democratizar las partidas circuitales para que
pudieran dar soluciones a los problemas de las comunidades y llevar beneficios
sociales a todos los panameños, distribuyendo la riqueza generada en el país,
producto del crecimiento económico sostenible que ha servido de modelo a nivel
mundial.
De acuerdo-
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