El partido Cambio Democrático (CD) cumplió 16 años de haber
sido fundado por el empresario y actual presidente de la República, Ricardo
Martinelli, cuya forma de gobierno le permitió alcanzar las metas que se había
propuesto de dejar sentadas las bases del crecimiento económico y la
prosperidad que convirtieron a Panamá en un modelo internacional.
Antes de
cumplir dos décadas, el CD logró quebrar el sistema bipartidista imperante que
tan solo velaba por los intereses del poder económico y de su dictadura mediática,
instalada al retorno de la democracia, olvidándose de las necesidades del
pueblo y de la modernización del país.
El destino pone ahora otro reto a Ricardo Martinelli: el de
ser el líder del partido más grande de la oposición que en las pasadas elecciones
logró el mayor número de diputados para fiscalizar y servir de contrapeso
dentro de un sistema de gobernabilidad democrática.
Este nuevo desafío no solo es crucial en la vida del exitoso
empresario, político y actual mandatario Ricardo Martinelli, sino para el
futuro de su organización política y el destino del país ya que, después de
haber dado respuestas a sus principales problemas sociales y de
infraestructura, ahora tiene la responsabilidad de vigilar que no se detenga el
avance que logró durante su gestión.
Lo que sí es seguro es que Martinelli en oposición no se irá
para sus empresas, sino que se convertirá en conductor de opinión con autoridad
moral para señalar los desaciertos ya que fue, precisamente, su administración
la que ha hecho más por este país en cinco años que en los cincuenta
anteriores.
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