La incorporación de Marta Linares de Martinelli al proyecto presidencialista de la alianza entre los partidos Cambio Democrático-Molirena ha levantado una expectativa muy grande, al extremo que ha provocado que dentro de las filas de la oposición se estén buscando argumentos que puedan descalificar a tan culta y prestigiosa dama de la sociedad panameña.
Siento que su participación le da prestigio no solo a la alianza gobiernista, sino que enciende una luz de esperanza a la clase política panameña, producto de que su participación promueve que personas que mantienen un alto perfil se involucren y le den el prestigio que reclama el electorado panameño, que quiere que se sigan involucrando personas buenas que se identifican con los problemas sociales que viven humildes ciudadanos, quienes han recibido el desprecio de los políticos tradicionales.
Llena de regocijo ver involucrarse a alguien que posee una intachable trayectoria, una humilde personalidad, llena de méritos por sus respuestas a esas humildes personas, a ese grupo de ciudadanos marginados, descamisados, quienes han encontrado en doña Marta alguien que se preocupa por sus necesidades desde mucho antes que ocupara el Despacho de la Primera Dama, situación que le ha valido tanto el reconocimiento nacional como internacional por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Esta situación ha provocado que diferentes sectores de la sociedad hayan recibido beneficios directos por parte de la Fundación Ricardo Martinelli, de la que fue su presidenta fundadora, tales como becas de estudios para niños de escasos recursos y giras médicas asistenciales. También merece el reconocimiento por ser la primera presidenta del Frente Femenino del Partido Cambio Democrático, desde donde formó y capacitó a una gran cantidad de mujeres que hoy son el pilar político del proyecto presidencial que lidera José D. Arias como candidato presidencial, en mancuerna con Marta de Martinelli.
A todas estas obras sociales inclúyanle el alto grado de conocimiento político expresado en su discurso de presentación, el cual su padre (q.e.p.d.), Francisco José Linares, le dejó un gran legado político, que sabrá demostrar y poner en práctica para beneficio de los más necesitados.
Esa tarea será cosa fácil para ella, todos los panameños debemos respaldarla el 4 de mayo.
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