Por confesiones de los propios involucrados ha quedado al descubierto un grave golpe que se pretendía asestar contra el sistema democrático. Con desfachatez, Roberto Eisenmann ha revelado los detalles del complot de imponer la candidatura única del panameñista Juan Carlos Varela en detrimento de las posibilidades del candidato Juan Carlos Navarro.
Los golpes a la democracia no se fraguan únicamente con armas de fuego, sino con la presión de los poderosos grupos económicos que pretendieron burlar el resultado de las primarias del principal partido de la oposición.
Participaron en este intento Roberto Eisenmann, Stanley Motta, Alvin Weeden y Mario Galindo, por pública delación del presidente vitalicio de La Prensa. De Weeden poco hay que decir porque se representa solo a sí mismo. En cambio, el resto de los participantes tienen que aclarar con nitidez su participación económica en el complot para defraudar la voluntad política de los militantes del opositor PRD. Resulta lamentable, por respeto a sus antecedentes políticos, que el doctor Mario Galindo se mezcle, presuntamente, en este episodio en sus años de madurez.
Eisenmann está obligado a rendir cuentas por su liderazgo en esta maniobra de desestabilización de la institucionalidad democrática. Un episodio como este puede afectar la formación o renovación de los órganos del Estado en los términos y formas legales, como establece nuestra normativa legal.
El sufragio libre es la expresión de la mayoría de los panameños y no puede ser reemplazado por poderosos intereses económicos ni por ambiciones apócrifas de grupúsculos de rancio cuño. Eisenmann cargará sobre su espalda el hecho de tratar de torcer la voluntad de los dos partidos más grandes de oposición, usando como desagüe de sus odios personales hacia el gobierno, el diario del que es presidente vitalicio.
Hay una mezcla de torpeza y candidez en la maniobra. ¿Creyó Eisenmann que el PRD tomaría su iniciativa de tumbador de candidatos como si fuera un salvador de la patria? ¿Le falló la capacidad de raciocinio para comprender que sus antecedentes de redomado opositor al torrijismo lo descalifican para que el PRD lo tome en serio?
Fue claro para Navarro que su propuesta como agente de Varela pretendía sacarlo del juego, abruptamente, cuando hubo tiempo suficiente para negociar una alianza partidaria, refrendada por el PRD, dentro de las reglas del Código Electoral.
La mentalidad de Eisenmann quedó anclada en el pasado execrable de usurpación de la libre determinación de los votantes; aquella época en la que las campañas de calumnias periodísticas desvalijaban su fuerza electoral a los candidatos.
Como las mentiras del diario La Prensa más bien tonifican las candidaturas, el presidente vitalicio recurrió a la estrategia de tumbar de su candidatura a Juan Carlos Navarro en el último minuto de las alianzas. Queda como presidente vitalicio de una segunda república utópica en la que, tal vez, no se pagan los adeudos tributarios y se pretende imponer criterios personales. Igualmente cargará con la usurpación, desde hace mucho tiempo, de las decisiones políticas de los accionistas del diario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario