Si se abre un nuevo puente vehicular en Vía Israel, salen los periodistas de esos dos medios de la 12 de Octubre a buscar la quinta pata al gato. Si un grupejo de chiquillos malcriados pintan una pared en una obra en Avenida de los Mártires, vienen los “impolutos” comentaristas a defender lo indefendible. Si se atrasa 5 minutos una unidad del metrobús en la Zona Paga de la 24 de Diciembre, otra comunicadora social comienza a atacar desde la radio, casi tildando a todo el gobierno de ineficiente sin conocer la versión oficial.
Da lástima que comunicadores sociales se presten para la campaña sucia desinformativa contra Cambio Democrático (CD), solo porque sus candidatos presidenciales en la oposición no marcan en los sondeos.
Objetividad e imparcialidad deben ser los pilares de los comunicadores sociales. Pero en Panamá, ciertos personajes de la farándula mediática se pasan de la raya. Y cuando vienen las potenciales demandas, se escudan detrás del manto del “libertinaje de prensa”, que los persiguen aunque no se hacen responsables de sus comentarios, sin tener pruebas de sus declaraciones.
De lo que traen, llevarán. Pese a esto, el panameño ya no hace caso a los medios envenenados y parcializados de la oposición. Los “ratings” hablan, allí será el crujir de dientes, cuando los dueños del medio vean perder sus ganancias, por politiquear.
Larga vida y prosperidad para todos. Saludos, amigas y amigos…
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