martes, 31 de diciembre de 2013
Diario EPaisCr: Aborta proyecto de La Prensa y empresarios opositores al oficialismo
Panamá, 30 dic (elpais.cr) - El fracaso de una iniciativa para configurar una alianza opositora que derrotara al oficialismo en las elecciones de mayo del 2014, colapsó en los últimos días en Panamá, y dejó al descubierto que detrás de la maniobra estaba el diario La Prensa y prominentes empresarios que hasta el momento no se habían declarado abiertamente contrarios al gobierno de Ricardo Martinelli.
El proyecto fue encabezado por Roberto Eisenmann, uno de los cinco fundadores del diario La Prensa, quien en medio de negocios y argucias legales marginó a sus antiguos socios y se adueñó del periódico opositor, según medios panameños.
Aunque se informó que los movimientos de Eisenmann, quien tiene un caso pendiente con la justicia por evasión de $3 millones en impuestos, se conocieron el pasado 24 de diciembre, existen evidencias de que el plan de crear una alianza entre los partidos Panameñista y Revolucionario Democrático se había iniciado tiempo atrás.
Los analistas coinciden en que el proyecto Eisenmann, denominado Pacto Nueva República, no solo buscaba librarlo de asumir su deuda con el fisco sino tener influencia en un supuesto gobierno al que pudiera manipular como intentó hacer con la expresidente Mireya Moscoso (1999-2004), de la cual fue asesor, y abandonó cuando no pudo imponer sus intereses.
El proyecto pretendía que el candidato panameñista Juan Carlos Varela y el perredista Juan Carlos Navarro trazaran una hoja de ruta para repartirse el poder por los próximos 10 años.
En el primer periodo, entre el 2014 y el 2119, Varela sería líder de un frente opositor como candidato presidencial y Navarro como compañero de fórmula para la vicepresidencia. En el siguiente gobierno, del 2119 al 20014, Navarro sería el candidato a la presidencia, con una figura del panameñismo como vicepresidente.
Pero eso quedó solo en papel. Las rivalidades entre Varela y Navarro son más profundas de lo que a simple vista se evaluaba. “Ambos con un expediente de corrupción y vinculaciones no santas, son como el agua y el aceite. Me sorprende que las dos reuniones que sostuvieron no terminaran en insultos”, dijo un analista político consulto por Elpais.cr que pidió mantener su nombre en reserva.
A Varela, distintas investigaciones lo señalan como parte de una campaña internacional de la secta extremista católica Opus Dei, que habría entregado $3 millones como fondo inicial para apoyar su propaganda electoral contra la igual de género y antisemita.
Además, uno de los principales asesores de Varela, el abogado Ramón Fonseca Mora, ha sido vinculado con casos de lavado de dinero y la constitución de sociedades anónimas que han servido de fachada a dictadores y políticos corruptos. Melitón Arrocha, exvicecanciller y otra de las figuras cercanas a Varela, se alzó con $15 millones, como parte de un negocio con el sistema de autobuses capitalinos, según se desprende de denuncias de medios de prensa.
En lo que corresponde a Navarro, investigaciones llevadas a cabo documentaron que durante sus 10 años como Alcalde del Municipio de Panamá (1999-2009), fueron desviados decenas de millones de dólares de fondos públicos hacia cuentas personales o de socios políticos.
Uno de los principales financistas de la campaña de Navarro, el empresario Mayor Alfredo Alemán, tuvo que ver con la decisión del perredista de no sumarse a la coalición opositora. La semana pasada dijo al diario de distribución gratuita Metro Libre, de su propiedad, que Varela, quien aunque detenta el cargo de vicepresidente fue expulsado del gobierno por Martinelli a mediados del 2011, es un “verdadero traficante de poder y tráfico de influencias”.
Además, lo desafió para que explicara el origen de su actual fortuna, las propiedades nuevas que posee en el barrio exclusivo Punta Pacífica, de la capital panameña, y cómo se benefició cuando manejó todos los consulados del país en el exterior desde el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores, las principales notarías y el estratégico Registro Público de la propiedad.
“No seas tan cínico. Explica, sin esconder nada de dónde salió tu actual fortuna. Tienes engañados a honorables empresarios que no saben que eres un lobo disfrazado con piel de oveja”, le increpó Alemán a Varela.
Los medios de prensa han revelado que de manera abierta la movida de Eisenmann la compartieron el líder opositor Mario Galindo y el ex contralor de la República Alvin Weeden, miembro del panameñismo y vinculado a un escándalo internacional por lavado de dinero conocido como el Caso Samos.
Detrás del proyecto estaba el empresario Stanley Motta, principal accionista de la aerolínea panameña Copa y de negocios en la Zona Libre de Colón, la banca e intereses inmobiliarios en Panamá y el exterior. Motta, Jimmy Arias, el exadministrador del Canal Alberto Alemán Zubieta, el candidato presidencial independiente Gerardo Solís y accionistas del Banco General de Panamá, entre otros, conformarían la lista detrás del fallido plan.
Motta y empresarios que han permanecido en el anonimato, habrían prometido un fondo inicial de $50 millones si se lograba la alianza entre panameñistas y perredistas.
“El objetivo era derrotar al candidato oficialista José Domingo Arias, en las elecciones, porque marca primer lugar en las encuestas y que, como se perfila el escenario, se hará con el triunfo en mayo del 2014”, dijo un experto en marketing político.
Las encuestas más conservadoras dan a Arias un 37% de las preferencias electorales, mientras que Varela y Navarro comparten cada uno alrededor del 26% de las intenciones de votos.
El proyecto Eisenmann, de 17 puntos, establecía que en caso de ganar el candidato del Pacto Nueva República, se comprometía a convocar a una asamblea constituyente paralela inmediatamente después de tomar posesión. Contemplaba una lista de 14 personas que integrarían el primer gabinete, incluyendo dos ministros independientes y la creación de una Procuraduría General de la Transparencia.
El sábado a las 3:30 de la tarde culminó el plazo para inscribir alianzas ante el Tribunal Electoral de Panamá. Los únicos pactos políticos serán los del gobernante Cambio Democrático y el Movimiento Liberal Republicano Nacionalista, y la mancuerna entre el Partido Popular y el panameñismo.
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