Panamá, 18 dic (elpais.cr) – Existen fuertes sospechas de que fondos ilícitos producto del lavado de dinero vinculado a figuras del gobierno de Argentina, llegaron a Panamá a través de abogados de la firma Mossack Fonseca & Company.
Fuentes citadas por el diario argentino Clarín dan cuenta de que dinero procedente de fondos negros manejado por compañías de fachada, creadas por la firma Mossack Fonseca podrían ser utilizados para financiar la campaña presidencial del candidato opositor Juan Carlos Varela.
El diario argentino, de acuerdo a sus fuentes, reveló que ese bufete, con larga experiencia en negocios financieros, creó sociedades de fachada que luego fueron usadas para lavar dinero de origen ilícito.
La trama conocida como la ruta del dinero K, en relación con el gobierno del fallecido expresidente Néstor Kirchner y la actual presidenta Cristina Kirchner, vincula a altos cargos del gobierno argentino en el blanqueo de capitales. Según Clarín, el bufete panameño creó la firma Aldyne, que registró las sociedades de papel.
De acuerdo al diario argentino, los directivos de Aldyne son de origen suizo. Pero los empleados de esa sociedad, de la que Mossack Fonseca figura como representante legal, son de nacionalidad panameña.
La lista de empleados de Aldyne incluye a nombres como Imone Wilson, Yvette Rogers, Francis Pérez, Leticia Montoya, Katia Solano y Marta Edghil, todos de nacionalidad panameña.
Curiosamente, esas personas aparecen como empleadas de la firma Mossack Fonseca. Katia Solano, por ejemplo, ejerce como directora del departamento de Recursos Humanos del bufete.
Todos los demás colaboradores de la lista que publicó Clarín fungen en diversos cargos dentro de la firma panameña, que ha sido vinculada, por medios de prensa, con casos de malversación de fondos y lavado de dinero en diferentes partes del mundo.
La firma, creada hace 36 años, se proyecta como una compañía fiduciaria autorizada, conformada por especialistas en derecho, en contabilidad y en banca que ayudan a idear soluciones sólidas, legales, convenientes y ventajosas.
“Ofrecemos soluciones en materia de confidencialidad, protección patrimonial, protección contra excesos y dilapidación, testamentos y planificación patrimonial, estructuras sucesorias, planes de pensión, optimización fiscal y mucho más”, dice su página web.
Sus fundadores son Jurgen Mossack, un alemán nacionalizado panameño, que trabajó como abogado en Londres, hasta que creó la firma en 1977. Su contraparte es Ramón Fonseca Mora, un abogado con experiencia internacional, principalmente con la banca suiza en temas de lavado de dinero y secreto bancario.
Fonseca Mora figura como vicepresidente del Partido Panameñista y pieza clave en la campaña presidencial de Varela, que ha sido vinculado al grupo extremista Opus Dei, de quienes habría recibido un primer aporte de $3 millones como apoyo económico, de acuerdo con fuentes del Vaticano.
Según Clarín, la firma Mossack Fonseca fue la sombra detrás del expresidente de Nicaragua Arnoldo Alemán, quien fue acusado de lavar más de $50 millones en bancos panameños.
El bufete también fue vinculado al caso de César Almeyda Tasaco, jefe de inteligencia del expresidente peruano Alejandro Toledo. Almeyda Tasaco terminó en la cárcel por corrupción.
En Uruguay, el excandidato presidencial Pedro Bordaberry habría usado una empresa fantasma de Mossack Fonseca para esconder el arrendamiento polémico de un terreno.
En España, el exjuez Baltasar Garzón descubrió en el llamado caso Gurtel una red de corrupción entre altos dirigentes del Partido Popular en la que participaron empresas creadas por la firma panameña.
La revista América Economía vinculó al bufete de Mossack Fonseca con haber gestionado parte de los miles de millones de dólares que el malogrado dictador libio Muamar el Gaddafi, habría ocultado en Panamá.
El Comité de Seguimiento de Activos de Libia, creado por el nuevo gobierno libio, solicitó por escrito a la Procuraduría General de la Nación de Panamá, una asistencia judicial para dar con parte de los fondos que Gadaffi mantenía fuera del país.
Según la denuncia, la firma Mossack Fonseca creó siete compañías de papel que fueron usadas para ocultar dinero que pertenece al pueblo libio.
Fuentes citadas por el diario argentino Clarín dan cuenta de que dinero procedente de fondos negros manejado por compañías de fachada, creadas por la firma Mossack Fonseca podrían ser utilizados para financiar la campaña presidencial del candidato opositor Juan Carlos Varela.
El diario argentino, de acuerdo a sus fuentes, reveló que ese bufete, con larga experiencia en negocios financieros, creó sociedades de fachada que luego fueron usadas para lavar dinero de origen ilícito.
La trama conocida como la ruta del dinero K, en relación con el gobierno del fallecido expresidente Néstor Kirchner y la actual presidenta Cristina Kirchner, vincula a altos cargos del gobierno argentino en el blanqueo de capitales. Según Clarín, el bufete panameño creó la firma Aldyne, que registró las sociedades de papel.
De acuerdo al diario argentino, los directivos de Aldyne son de origen suizo. Pero los empleados de esa sociedad, de la que Mossack Fonseca figura como representante legal, son de nacionalidad panameña.
La lista de empleados de Aldyne incluye a nombres como Imone Wilson, Yvette Rogers, Francis Pérez, Leticia Montoya, Katia Solano y Marta Edghil, todos de nacionalidad panameña.
Curiosamente, esas personas aparecen como empleadas de la firma Mossack Fonseca. Katia Solano, por ejemplo, ejerce como directora del departamento de Recursos Humanos del bufete.
Todos los demás colaboradores de la lista que publicó Clarín fungen en diversos cargos dentro de la firma panameña, que ha sido vinculada, por medios de prensa, con casos de malversación de fondos y lavado de dinero en diferentes partes del mundo.
La firma, creada hace 36 años, se proyecta como una compañía fiduciaria autorizada, conformada por especialistas en derecho, en contabilidad y en banca que ayudan a idear soluciones sólidas, legales, convenientes y ventajosas.
“Ofrecemos soluciones en materia de confidencialidad, protección patrimonial, protección contra excesos y dilapidación, testamentos y planificación patrimonial, estructuras sucesorias, planes de pensión, optimización fiscal y mucho más”, dice su página web.
Sus fundadores son Jurgen Mossack, un alemán nacionalizado panameño, que trabajó como abogado en Londres, hasta que creó la firma en 1977. Su contraparte es Ramón Fonseca Mora, un abogado con experiencia internacional, principalmente con la banca suiza en temas de lavado de dinero y secreto bancario.
Fonseca Mora figura como vicepresidente del Partido Panameñista y pieza clave en la campaña presidencial de Varela, que ha sido vinculado al grupo extremista Opus Dei, de quienes habría recibido un primer aporte de $3 millones como apoyo económico, de acuerdo con fuentes del Vaticano.
Según Clarín, la firma Mossack Fonseca fue la sombra detrás del expresidente de Nicaragua Arnoldo Alemán, quien fue acusado de lavar más de $50 millones en bancos panameños.
El bufete también fue vinculado al caso de César Almeyda Tasaco, jefe de inteligencia del expresidente peruano Alejandro Toledo. Almeyda Tasaco terminó en la cárcel por corrupción.
En Uruguay, el excandidato presidencial Pedro Bordaberry habría usado una empresa fantasma de Mossack Fonseca para esconder el arrendamiento polémico de un terreno.
En España, el exjuez Baltasar Garzón descubrió en el llamado caso Gurtel una red de corrupción entre altos dirigentes del Partido Popular en la que participaron empresas creadas por la firma panameña.
La revista América Economía vinculó al bufete de Mossack Fonseca con haber gestionado parte de los miles de millones de dólares que el malogrado dictador libio Muamar el Gaddafi, habría ocultado en Panamá.
El Comité de Seguimiento de Activos de Libia, creado por el nuevo gobierno libio, solicitó por escrito a la Procuraduría General de la Nación de Panamá, una asistencia judicial para dar con parte de los fondos que Gadaffi mantenía fuera del país.
Según la denuncia, la firma Mossack Fonseca creó siete compañías de papel que fueron usadas para ocultar dinero que pertenece al pueblo libio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario