Las preferencias de los encuestados para la presidencia de la República registran cambios sustanciales en esta medición. El candidato oficialista José Domingo Arias le saca 17 puntos a su más cercano rival, el perredista Juan Carlos Navarro, quien logró recuperar seis puntos para ubicarse nuevamente por encima del panameñista, Juan Carlos Varela.
La publicidad negativa es el amor prohibido que el amante sabe debe repudiar. Pero rendido a su malvado recuerdo, sucumbe a su hechizo.
Luego de las primarias PRD, hace cinco meses, y con 40 puntos en la intención de voto, Juan Carlos Navarro lucía imbatible.
Desde entonces, una reunión con el presidente y la percepción de desunión en la oposición, el affaire Messina, lo mantienen entreverado en escándalos. Con toda la dulce malicia de una locución neutral, la pieza de la hoja en blanco clava un puñal en medio de la estrategia navarrista.
Tampoco todo amor prohibido resulta imbatible. El político triunfalista reacciona con indiferencia a la crítica. No pocos juran estar blindados. El blindaje, término importado de lo militar, alude a este sujeto inmune a la crítica.
Balbina Herrera queda paralizada con el hechizo de aquel “Entran limpios y salen millonarios”. Tampoco el equipo continuista de “Martincito” en el 2004 reacciona con malicia cuando los arnulfistas lanzan “Mireya es el cambio”.
Por cuarta ocasión, la medición Datexco de noviembre, e igual lo vienen haciendo las otras tres encuestas publicadas, entrega a José Domingo Arias el liderazgo de una intención de voto inconmovible. Marca unos cómodos 17 puntos por encima de su más cercano contendiente, Juan Carlos Navarro.
Tan fácil como equivocado sería concluir que Navarro, Juan Carlos Varela y Genaro López tienen nada que hacer para mayo 2014. Solo los presidentes Guillermo Endara en 1988, y tres periodos después, Martín Torrijos en su segundo intento en la campaña 2003, puntean durante todo el año anterior a la elección.
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