LA OPINION PANAMA - La firma del Pacto Ético se convirtió en un desfile de individuos que fracasaron como políticos y en sus gestiones públicas, además de elementos de la llamada sociedad civil, frustrados por la falta de respaldo popular.
Por eso no es extraño que en esa reunión, llevada a cabo en un exclusivo hotel de la localidad, se tomaran extremas medidas de seguridad para evitar cualquier situación fuera de control.
Personajes como Milton Henríquez, Gerardo Solís, Juan Carlos Varela, Juan Carlos Navarro, Martín Torrijos, Ernesto Pérez Balladares, Erasmo Pinilla, Ana Matilde Gómez, entre otros participantes en el acto, son las caras visibles de la dictadura mediática que ha gobernado el país durante los últimos 23 años.
Dictadura Mediática
Con la llegada a la presidencia de Ernesto Pérez Balladares, también asumen el poder uno de los grupos económicos hegemónicos, surgido durante la dictadura militar y los medios de comunicación a su servicio.
Los siguientes mandatarios tomaron la misma ruta y se dedicaron a trabajar para satisfacer los intereses de la dictadura mediática, cuyos miembros manejaban la agenda del gabinete y controlaban los resultados de sus reuniones.
La penetración en los diferentes gobiernos de estos agentes económicos fue tan determinante que los nombramientos en el poder judicial y la Asamblea de Diputados pasaban por sus manos.
La irrupción de Cambio Democrático en la realidad nacional produjo una conmoción en la política, lo que hizo que los agentes económicos buscaran la manera de entretejer las redes de la desestabilización del país, a través de una generación de dirigentes oportunistas que acudían a los medios de comunicación para exponer estrafalarias ideas y tratar de socavar las bases del gobierno.
Las primarias, una forma de control
Estos agentes al servicio del poder económico buscan manipular y controlar a los partidos de oposición a través de la realización de primarias, ya que los aspirantes a cargos de elección son sometidos por la necesidad de contar con recursos financieros que les permitan desarrollar sus respectivas campañas.
Es por eso que las primarias del PRD son una farsa, porque es un hecho que el ganador será Juan Carlos Navarro, quien tiene profundas vinculaciones con la dictadura mediática que, a su vez, le garantizaría el cumplimiento de sus intereses personales.
Esta actividad del partido opositor no representa una demostración de mística ideológica ni doctrinal, por lo que ha degenerado en un desgaste de sus fuerzas internas, tal como ocurrió en el 2009, cuando triunfó Cambio Democrático, con apenas 60 mil adherentes, poniendo de rodillas a un gigante con más de medio millón de miembros.
El magistrado del Tribunal Electoral, Erasmo Pinilla, ha tenido que reconocer que, ante la falta de comisiones políticas y otros organismos internos en los diversos partidos, las campañas se han convertido en productivos negocios de firmas publicitarias lo que, sin duda, es un insulto a la inteligencia y a la capacidad de los verdaderos estrategas ideológicos.
Pinilla tiene razón en su planteamiento, porque los candidatos nunca establecen una comunicación directa con el elector y solo se conectan con mensajes tradicionales y redundantes, a través de los medios de comunicación o las redes sociales.
Precisamente, la falsedad de estas actividades se ha convertido en el germen de su propia destrucción porque terminan contaminando a quienes en ellas participan con el mal de la disconformidad y dejando heridas permanentemente abiertas que no pueden cicatrizar.
Es por eso que Cambio Democrático ha logrado consolidarse después de su llegada al poder y ha crecido de manera incomparable, de allí que tenga el cuidado de no caer en la trampa de unas primarias al estilo que promueven sus adversarios.
Por lo tanto, lo que conviene al CD es seguir la ruta de la consolidación a través de la escogencia de su candidato presidencial en unidad y no en una competencia de desgaste, tal como pretenden los grupos opositores.
El Pacto Ético o la trampa para el CD
Con candidatos sin fuerza y sin prestigio, el poder económico utiliza una de sus últimas cartas para tratar de impedir que sus dos candidatos, Juan Carlos Navarro y Juan Carlos Varela, dos figuras insustanciales, sin vastedad ni profundidad, sean cuestionados y se descubra lo que en realidad son: títeres sin pensamientos.
Navarro está preocupado por las campañas sucias pero el país todavía recuerda la famosa frase con la que describió a su copartidaria Balbina Herrera: “la dama del oscuro pasado”.
Por su parte Varela, quien junto a sus cortesanos se ha pasado difamando y calumniando a través de los medios de prensa, al presidente Ricardo Martinelli y a su familia, teme que todas esas acciones fluyan ahora en su contra.
De igual manera, las corporaciones mediáticas, los noticieros de televisión y el diario de la 12 de Octubre, que han llevado a cabo campañas sucias de todo tipo, ahora pretenden escudarse tras el Pacto Ético para no dar espacio a la propaganda política del oficialismo.
Ante este escenario, la verdad parece haber sido dicha por el presidente Ricardo Martinelli quien alegó que quieren una contienda “entre un tigre y un burro amarrado” o, como ha señalado Saúl Méndez, los opositores no quieren que se les enrostre los vicios electorales con que han ganado anteriores comicios.
Las elecciones primarias y el Pacto Ético son elementos que componen la misma farsa que mantuvo al bipartidismo en el poder, tras la cual se esconden los personajes de siempre, Roberto Eisenmann, Stanley Motta y Nicolás González Revilla, líderes de la dictadura mediática que está llegando a su fin.
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