La nueva ley de la Zona Libre de Colón y el plan de venta de las tierras que ocupan sus usuarios está bien sustentada y los argumentos que presentan el opositor Partido Revolucionario Democrático (PRD) y sus grupos afines no tienen ninguna esencia, porque tan solo repiten su ya consabido no a todas las iniciativas gubernamentales.
Como siempre, argumentan contra los proyectos de ley del oficialismo y no presentan argumentos de peso, así como tampoco opciones que puedan reemplazarlos o mejorarlos, sino que recurren a la crítica gratuita para crear un ambiente negativo que les permita impulsar la violencia y provocar desasosiego entre la población.
Por eso, con el tema de Colón, han recurrido a sus viejas estratagemas del falso nacionalismo para justificar su defensa de las tierras que pertenecen al pueblo colonense, sin importarles que la zona franca necesite actualizar la norma que la rige, un asunto postergado por más de 40 años.
El pueblo panameño sabe ya que con el pretexto del nacionalismo, el PRD justificó la dictadura militar y se olvidaron de él cuando se manejó el tema de las tierras revertidas que fueron a parar a manos de su alta dirigencia y de los grandes negociados de sus principales personeros.
Tampoco se ruborizaron al privatizar el IRHE y el INTEL, subastándolos sin importarles los intereses nacionales, firmando contratos leoninos que solo beneficiaron a las empresas que adquirieron estos bienes.
Por todo esto y más, nos preguntamos ¿qué autoridad moral tiene el PRD para juzgar la nueva ley de la Zona Libre y las ventas de las tierras colonenses?
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