El presidente de la república, Ricardo Martinelli, se hizo eco del clamor del pueblo panameño que desde hace décadas solicitaba la construcción de un nuevo Hospital del Niño.
El mandatario estuvo de acuerdo en que el terreno de la antigua embajada de los Estados Unidos pertenecía al pueblo panameño y que al encontrarse tan cerca de la maternidad del hospital Santo Tomas era el lugar ideal para ofrecer atención médica a los niños con problemas de salud.
Pero el presidente no se quedó solamente en la entrega del terreno al patronato del Hospital del Niño, sino que anunció que en el 2013 se iniciará la construcción del nosocomio.
Nuestra opinión
Una ciudad gubernamental no puede estar por encima de la salud del pueblo y menos de la niñez panameña, ni tan siquiera para balancear un presupuesto, este acto es histórico porque deja el precedente de que un gobernante dejó de ser político para convertirse en un estadista.
Solo los que gobiernan con visión histórica viven para siempre en el corazón del pueblo.
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