El fallo dictado en el caso del corregimiento de El Bebedero de Tonosí ha sido definido por muchos juristas como una decisión tomada de todas maneras y más que hacer una injusticia a una humilde maestra, Nidia Cureña, ha demostrado ser la primera demostración evidente del oscuro manejo del Tribunal Electoral y lo que puede esperar al país en las elecciones de 2014.La mente detrás de este maquiavélico plan es la del magistrado Gerardo Solís, quien irrespetó y humilló al honesto y trabajador pueblo santeño porque, con el mayor cinismo ha dejado sentado un precedente en materia electoral que pareciera ser la génesis de la posible suspensión de los próximos comicios generales.
Debemos recordar que casi todos los que integran la directiva del Tribunal Electoral son aliados del Partido Revolucionario Democrático (PRD), que tiene en su pasado el haber cometido fraudes y suspensiones de resultados electorales e, inclusive, de imponer poderes dictatoriales tal como lo hicieron con Torrijos y Noriega.
Nuestra opinión
A Gerardo Solís se le debe estar cayendo el mundo encima ya que está a punto de finalizar su larga carrera de altos cargos en el Estado y no ha podido encontrar otro espacio de privilegios y por eso se ha unido a los planes del bipartidismo de evitar a toda costa la repetición del triunfo del CD, sin importar que se deba recurrir a todo tipo de maniobras.
Lo que Solís ha olvidado es que existen suficientes pruebas de sus inclinaciones hacia la candidatura del opositor Juan Carlos Varela y de acciones que podrían llevarlo al banquillo de los acusados, lo que sentaría un precedente en democracia para que nadie intente jugar con el voto popular.
En 1984, el dictador Manuel Antonio Noriega cometió fraude electoral contra Arnulfo Arias y en 1989 anuló las elecciones que le daban el triunfo a Guillermo Endara, lo que trajo como consecuencia que Panamá enfrentara el más sangriento episodio de su historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario